Placa de oro a bordo de las sondas Pioneer para ser leída por una posible civilización extraterrestre. Las líneas indican la dirección de los púlsares más significativos cercanos a la Tierra, que permite localizar nuestro sistema solar en la Galaxia
Slava Turyshev, que acababa de llegar en el JPL de Moscú, pronto se unió a Anderson y Nieto. Junto con otros tres científicos pusieron en marcha una investigación detallada de todos los datos Doppler disponibles de las Pioneer. Al mismo tiempo, también comprobaron datos de otras misiones, e igualmente se encontraron evidencias preliminares de anomalías en las trayectorias de Ulises y Galileo. [NOTA: Sólo las sondas Pioneer, Ulysses y Galileo flotan libremente. Todas las demás naves de la NASA están estabilizadas en tres ejes, es decir manejan tres impulsores de gas en tres direcciones para mantener su rumbo, y estas correcciones borran cualquier pequeña divergencia en su movimiento. Cuatro de las naves no estabilizadas en tres ejes no parecían tener divergencias.] En 1998 anunciaron sus resultados al mundo en un artículo en Physical Review Letters.
A continuación se publicó en la revista Mayhem. "1998 fue un año muy interesante, porque justo cuando dimos a conocer la anomalía de las Pioneer se descubrió la energía oscura", explicó Turyshev. "Así que, básicamente, nos dimos cuenta de que el universo se aceleraba debido a la energía oscura, y la gente estaba extasiada, diciendo: 'mira, vemos algo muy emocionante en el sistema solar, y tal vez tengamos que modificar la gravedad y todo eso va a desaparecer, Einstein y Newton serán destronados."
Las pequeñas anomalías en el movimiento celeste habían dado lugar al fin de al cabo a convulsiones en la física anteriormente. La famosa precesión "anómala" del perihelio de Mercurio ayudó a demostrar la teoría de la relatividad general de Einstein en 1915. En 1998, las comparaciones con este precedente histórico, sin duda elevaron la importancia de la anomalía Pioneer, así como también la de muchas teorías exóticas que trataban de explicarla. Entre ellas, un ejemplo es la ya mencionada MOND, que postula que la gravedad no sigue la ley del inverso del cuadrado de la distancia, cuando ésta es muy grande, sino que se desvía un poco. Cientos de artículos de física publicados desde 1998 afirman que MOND ofrece una explicación viable para la anomalía Pioneer.
Cientos más teorizan sobre la presencia de grandes cantidades de materia oscura no detectada que impregnan las afueras de las galaxias, y que podría estar ejerciendo una fuerza de arrastre por fricción en la nave espacial Pioneer ralentizándola.
Sin embargo, otra horda de los físicos trabajaba en torno a la coincidencia que casi hizo caer a Nieto de sus silla cuatro años antes. En el contexto del descubrimiento contemporáneo de la energía oscura y de la expansión acelerada del universo, parecía muy significativo que el valor de la anomalía de las Pioneer igualara al de la aceleración cósmica. Tal vez, los científicos pensaban, que ¡la NASA había estado midiendo la expansión cósmica del espacio durante años!
Los físicos más conservadores señalaron con razón que si la materia oscura o MOND estaban causando la aceleración anómala de la nave, seguidamente debería afectar el movimiento de los planetas exteriores, sin embargo, nada de esto se observa. En su opinión, la anomalía de las Pioneer o no existía (es decir, los científicos del JPL habían interpretado erróneamente los datos Doppler) o derivada de un malfuncionamiento de un equipo antiguo. Se señalaba como culpable más probable a la emisión de calor a bordo de la sonda.
Continuará...
Ir a parte 1
Publicado en Odisea Cósmica¡Suscríbete Ya!