Revista Arte

La apreciación de la obra de arte según Rudolf Arnheim

Por Marisol Marisol Fernández Recalde

La apreciación de la obra de arte según Rudolf Arnheim

Rudolf Arnheim plantea un sentido homogéneo de la historia del arte, en el cual señala que tendemos a la abstracción: resaltamos aquello que nos parece esencial a la hora de contemplar una obra de arte. Unas líneas simples pueden llevarnos a la idea de un rostro o, incluso, de una figura conocida para todos.

Según Arnheim, para poder apreciar o acceder a una obra de arte, lo primero y lo más esencial es contemplarla como un todo, donde haya equilibrio y combinación de colores y formas. En esto se forma una figura interna, que sólo es captable para la mente, es decir, la idea de la imagen u objeto que se tiene antes de aplicarla sobre algún soporte o darle una terminación definitiva.

El Percepto

La apreciación de la obra de arte según Rudolf Arnheim

Es el reconocimiento de formas y figuras tal como es percibido. Por ejemplo todos reconocen la figura del triángulo, aún sin saber que si los lados tienen tal o cual lado se les clasifica como triángulo isósceles o escaleno.

Equilibrio

La apreciación de la obra de arte según Rudolf Arnheim

El equilibrio permite que una obra pueda leerse correctamente, que no de incomodidad al ser contemplada y que, la misma, pueda contemplarse en su totalidad y no solamente en un solo punto del cuadro. Cuando el peso de la imagen recae sobre un solo extremo, es porque no está bien equilibrado. Es por eso que, en especial en las obras asimétricas, es importante buscar el punto exacto para que las figuras no caigan sobre un extremo y se pueda leer la obra con calma y comprensión.

Lo estructural

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Cuando Arnheim habla sobre lo estructural, no visible, no directamente observable por los sentidos, se refiere a que percibimos la estructura que generaliza a un grupo de objetos o cosas. Percibimos la forma del perro, pero también cuenta sobre todas las clases de perros que existen en el mundo y, también, sobre lo que no es perro.

Imagen mental

La apreciación de la obra de arte según Rudolf Arnheim

Se refiere a aquello que podemos “ver”, “escuchar” o, incluso, “oler” cuando no existen ningún estímulo exterior ni nada que pueda percibirlo, dado que solo se encuentra en la mente. Serían los recuerdos y la memoria que tiene uno de algo o alguien. Cuando pensamos en una persona, primero recordamos su rostro. Y puede que recordemos su voz e, incluso, podemos llegar a recordar la loción o perfume que suele ponerse con frecuencia.

¿Cómo pensamos?

La apreciación de la obra de arte según Rudolf Arnheim
Retrato de Maria Antonieta

Se dice que pensamos con palabras, aunque también las palabras se complementan con las imágenes. Y hay quienes dicen que existen personas que pueden pensar sin necesidad de las palabras. Así como también hay personas que piensan sin imágenes. Aún así, la estructura básica del pensamiento son las imágenes y los conceptos.

El ojo de la mente

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Se refiere a la capacidad que tiene el ser humano de visualizar cosas con la mente. Se da mucho en los artistas, diseñadores y todos los que trabajan con la creación de objetos o, incluso, construcciones.

 “La abstracción es una exigencia de la representación y está en el origen, aunque el resultado final no sea una configuración abstracta”

La apreciación de la obra de arte según Rudolf Arnheim

Desde siempre, el ser humano ha calificado a cierto grupo de objetos con una estructura determinada. Por ejemplo, la figura de un rostro siempre será el de dos ojos, una nariz y una boca. Un artista, a la hora de plasmar un objeto, siempre lo trazará con la forma más básica que encuentre. De esta manera, ya está utilizando la abstracción. Después puede seguir trabajando dicha abstracción o empezar a aplicar todos los elementos necesarios para que el objeto sea casi idéntico al original.

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