CARMEN CALVO: DOBLE O NADA
GALERÍA RAYUELA
DEL 19 DE MAYO AL 2 DE JULIO
La exposición de Carmen Calvo en la galería Rayuela (Claudio Coello, 19 – Madrid) es una confirmación de sus méritos pasados, aunque tampoco hace falta remontarse muy lejos en el tiempo para disfrutar de sus éxitos, que incluyen, aparte de muestras periódicas en salas de todo el país, una llamativa retrospectiva en 2002 (en el Centro de Arte Reina Sofía) y las dos exposiciones que le dedicó el IVAM en 1990 y 2005.
Estas referencias deberían dar a entender que estamos ante un evento remarcable, de los que ni decepcionan ni dejan indiferente. Las obras presentadas, básicamente collages y fotografías intervenidas, responden a su producción más reciente, un periodo que va de 2004 a 2011 y que, como mérito adicional, nunca habían sido expuestas en Madrid. Y en ellas descubrimos las infinitas interrelaciones entre la persona y el objeto, paseándose por expresiones surrealistas y coqueteando con el nouveau réalisme.
En cualquier caso, la producción de Carmen Calvo es pura vanguardia y cuenta con sus propias referencias, como por ejemplo Kurt Schwitters en su fase menos dadaísta y algunas más sutiles, ocultas entre los títulos de sus obras, como Arthur Rimbaud o Fernando Pessoa. Esta profundidad indirecta contrasta con los aspectos explícitos de su obra y esa operación matemática en la que la suma de dos elementos mundanos (fotografía y objeto) se convierte en algo extraordinario.Entre esos ejemplos se encuentran obras como “La poesía está en otro sitio”, donde un cándido acto de confirmación religiosa puede simbolizar la acumulación de pequeños y potenciales daños; o “Sembrando estas cosas primaverales”, otro retrato en el que la felicidad de la pareja protagonista entra en conflicto con sus pétreos (enladrillados) rostros. Y esta dualidad, aparte de estar presente en el título de la muestra, se repite en sus collages, en esa batalla silenciosa entre el trazo naïf y el resto de aspectos técnicos. Dicotomías que tienen algo de juego, de apuesta peligrosa, de “doble o nada”.
Todas las imágenes son propiedad de Carmen Calvo.