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La argumentación
Cuando queremos demostrar a alguien que lo que decimos es verdad, cuando no estamos de acuerdo con la opinión de otro o al rechazar una invitación, alegamos una serie de razones con las que justificamos nuestra opinión o decisión; es decir, argumentamos.
¿QUÉ ES UNA ARGUMENTACIÓN? Es una de las manifestaciones del discurso oral o escrito, cuya principal finalidad es la de convencer de algo a quienes escuchan o leen. A través de razonamientos, se intenta probar o justificar aquello que se defiende y, al mismo tiempo, rebatir las opiniones contrarias.
¿PARA QUÉ SIRVE? Con la argumentación, intentamos: · defender una opinión o un punto de vista sobre algún tema, demostrando que son más acertados que los de los demás; · poner de manifiesto los fallos o errores de quienes se oponen a nuestra argumentación para hacerles cambiar de parecer; · convencer a los que nos escuchan o leen para que admitan como cierto lo que decimos.
¿DÓNDE Y CUÁNDO ARGUMENTAMOS? Todos argumentamos en nuestra vida diaria, cuando queremos convencer a nuestros amigos o familiares de algo o intentamos inducirlos a que actúen de una determinada forma. En las campañas electorales, se argumenta para convencer a los electores de que les conviene votar a un determinado partido y no a otro. En el campo judicial, cuando el fiscal o el abogado intentan convencer de la culpabilidad o inocencia del acusado. En los sermones religiosos, se argumenta a fin de persuadir a los fieles sobre la necesidad de seguir una determinada doctrina. En los medios de comunicación, cuya finalidad es la de informar y crear una determinada opinión, se realizan argumentaciones de acuerdo con la ideología que estos tengan. La argumentación se utiliza mucho en las disciplinas humanísticas (lingüística, literatura, filosofía...), cuyas teorías se apoyan en razonamientos lógicos o valoraciones que no todos aceptan.
LA ESTRUCTURA DE LA ARGUMENTACIÓN En muchos textos argumentativos se distinguen tres partes: · La tesis o idea básica que se va a defender. Esta se presenta de forma concisa y clara. · El cuerpo de la argumentación, donde se apoya, justifica o fundamenta la tesis con una serie de razones. · La conclusión, extraída a partir de los argumentos expuestos, con la que se refuerza la tesis inicial.
LOS ARGUMENTOS Para ser más convincente, el autor puede reforzar su propia opinión: · apelando a la experiencia de quienes le escuchan o leen; · apoyándose en estadísticas, cifras, imágenes o datos que confirmen su parecer; · aportando citas de personas de reconocido prestigio en ese mismo campo del saber, que hayan expresado la misma o similar opinión; · recordando ejemplos, anécdotas o citas literarias, de los que se extraiga idéntica conclusión a la defendida. Si el emisor quiere convencer a quien le escucha, es aconsejable que exista desde el principio un acuerdo mínimo con este, pues de lo contrario será muy difícil convencerle completamente de los razonamientos que se exponen. Los argumentos que utilicemos en una argumentación han de ser creíbles y estar documentados y ordenados; no deben contradecirse entre sí ni ser falsos. También han de estar expresados de forma clara, organizada y sencilla. ¡Solo así seremos convincentes!