La arquitectura desde un comienzo

Casas

Desde el principio de la historia la arquitectura es una necesidad básica y un acto social. Se la considera la madre de las artes plásticas dado que la pintura y la escultura se desarrollan a menudo dependiendo de los edificios. Por ejemplo los murales y frisos, las pinturas rupestres incluso servían para decorar una vivienda. Los griegos nombraron al maestro de obras como arkhi-tekton y de allí llega a nuestros dias la denominación arquitecto y arquitectura el producto de su obra.
La arquitectura satisface la necesidad humana de seguridad, a diferencia de otros géneros artísticos. Los edificios sirven para protegerse del clima y de los animales salvajes. Allí donde viven seres humanos hay casas, cabañas y tiendas. Las necesidades espirituales y anímicas también son atendidas por la arquitectura.
Las cuatro paredes propias y el techo sobre la cabeza separan al hombre del medio que lo rodea y crean dimensiones humanas propias.
La construcción también modifica el espacio exterior. El patio, el pueblo y la ciudad son ambientes artificiales arrebatados a la naturaleza.
A partir de la configuración dada a la relación entre el espacio interior y el exterior se puede adivinar el pensamiento y el sentimiento de los constructores de un edificio. También se plantean cuestiones como ¿Quién manda construir? ¿De qué forma y con que materiales?
Todas las construcciones reflejan el espíritu de su época o el de su mecenas o arquitecto. Además manifiestan las relaciones entre los hombres, más que cualquier otra creación humana. Es un acto social que casi siempre se realiza en público y es costoso, depende de la situación económica y el poder.
La arquitectura entendida como construcción refinada y metódica está marcada por obras religiosas. Junto a edificios para personas se crearon viviendas para las divinidades, más duraderas y lujosas que las de los mortales. Del antíguo Egipto quedan tumbas sagradas y templos.

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