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La artritis reumatoide: El diagnóstico precoz es la clave

Por Proconsumidorrd @ProconsumidorRD
artritis-reumatoideLa artritis reumatoide (AR) es una enfermedad sistémica autoinmune, caracterizada por provocar inflamación crónica principalmente de las articulaciones, que produce destrucción progresiva con distintos grados de deformidad e incapacidad funcional. Aunque el trastorno es de causa desconocida, la autoinmunidad juega un papel primordial en que sea una enfermedad crónica y en la forma como la enfermedad progresa. Aproximadamente el 1% de la población mundial sufre de esta enfermedad, siendo las mujeres tres veces más propensas a la enfermedad que los hombres. El dolor e incapacidad son los síntomas más graves de estas dolencias reumáticas, La inflamación de las articulaciones afectadas causan mucho dolor. Asimismo, aparecen abultamientos duros (nódulos reumatoides) en las zonas de roce de la piel como los codos, el dorso de los dedos de las manos y de los pies. También pueden localizarse en el interior del organismo. Con el tiempo se produce una deformidad debido al deterioro progresivo de las articulaciones afectadas.

Confusión generalizada

Hay una gran confusión en torno el término "reuma", que se utiliza para englobar cualquier tipo de dolor muscular, óseo y articular, sea cual sea su origen y causa. A menudo incluso se usa para referirse a dolores ocasionados por estados de tensión, estrés, malas posturas, frío, humedad o malestares asociados a enfermedades infecciosas como la gripe, las anginas, la fiebre tifoidea, etc., que nada tiene que ver con las dolencias reumáticas. Los tratamientos mitigan el problema pero no se consigue la cura definitiva Pero en realidad no hay una única enfermedad reumática, sino más de doscientas dolencias distintas, cada una de ellas con sus manifestaciones y tratamientos diferentes. Las más conocidas y frecuentes son la artrosis, la artritis reumatoide. El diagnóstico precoz, es la clave ante la presencia de dolores articulares o musculares de larga duración, deviene fundamental establecer el diagnóstico lo más tempranamente posible, para así instaurar la terapia adecuada con la mayor celeridad. Aunque las enfermedades reumáticas no se curan, mediante los tratamientos se consiguen remisiones importantes y, en muchos casos, aunque el paciente continúa con la dolencia, apenas sufre síntomas. Las enfermedades reumáticas obedecen a distintas causas degenerativas, la más frecuente la artrosis. Metabólicas, como el caso de la gota. Inmunológicas, cada vez es más conocida la asociación entre alteraciones inmunológicas y enfermedades reumáticas. Infecciosas, el ejemplo más claro es el de la fiebre reumática. Inflamatorias, producidas por la inflamación de las articulaciones sin que haya una causa conocida clara, como es el caso de la artritis reumatoide, y que es el prototipo de enfermedad reumática inflamatoria y de la que nos ocuparemos a continuación. 

Artritis reumatoide

La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad inflamatoria de causa desconocida, que afecta fundamentalmente a las articulaciones -preferentemente de manos, rodillas, columna cervical y con participación del sistema inmunológico. Se trata de una enfermedad de evolución crónica, con curso y duración variable, que además se acompaña de otros síntomas extra-articulares. En la fase final de la artritis reumatoide las articulaciones se deforman y se pierde la capacidad de llevar a cabo acciones cotidianas. Las mujeres la sufren más que los hombres, en una proporción de tres a uno, y se inicia preferentemente entre los 25 y los 50 años, si bien su pre-valencia aumenta con la edad y entre los mayores de 65 años llega a ser del 12%. No tiene predilección por raza alguna, ni relación con áreas geográficas o condiciones climáticas. Cabe señalar que una forma artritis que aparece a edades muy tempranas y que se ha denominado de diversas formas, como artritis reumatoide juvenil o artritis crónica juvenil, una forma de artritis en los niños que ofrece muchas variantes, con un proceso distinto del adulto y que sería más correcto denominar artritis idiopática juvenil, que requiere un diagnóstico lo más precoz posible para establecer el tratamiento oportuno. 

Causas desconocidas 

Desde hace más de medio siglo se intenta identificar alguna bacteria o virus que sea el causante, pero no se ha demostrado que un agente infeccioso intervenga en la enfermedad. Se sabe que, dentro del proceso inflamatorio de caracteriza la artritis reumatoide, participa el sistema inmunológico. La inflamación de la sinovia, membrana que recubre las articulaciones por dentro y que segrega el líquido que lubrica las superficies articulares, caracteriza a la enfermedad. Esta membrana sinovial sufre un proceso inflamatorio y como consecuencia se forma un tejido de granulación llamado pannus, que invade la articulación y afecta al cartílago, ligamentos, tendones y estructuras óseas. Paulatinamente se va destruyendo y deformando la articulación. A la larga, además de la sintomatología, en ocasiones muy dolorosa, aparecen la incapacidad funcional y se pierde movilidad articular. El síntoma más habitual es la rigidez matutina de las articulaciones afectadas, especialmente de las manos, que se prolonga al menos una hora y desaparece de forma espontánea. 

Tratamiento 

Ante la sospecha de que se padece la enfermedad hay que efectuar un estudio radiográfico y un análisis de sangre con determinaciones de inmunoglobulinas, factores reumatoideos y autoanticuerposEs fundamental realizar el diagnóstico correcto lo más pronto posible para establecer rápidamente el tratamiento y frenar en la medida de lo posible el avance de la enfermedad. La evolución de la enfermedad es muy variable, con épocas más llevaderas que alternan con otras de sintomatología florida en forma de brotes. El tratamiento tiene como finalidad aliviar el dolor, disminuir la inflamación articular y, lo más importante, mantener o restablecer la función articular y prevenir la destrucción ósea y del cartílago. El tratamiento debe ser individualizado, pues en cada paciente las manifestaciones de la enfermedad son distintas. Algunos especialistas recomiendan realizar actividades acuáticas terapéuticas, ejercicios en el agua practicados en una piscina climatizada, adecuados no sólo para la artritis reumatoide sino para todas las enfermedades reumáticas. Artritis de más de tres o más zonas articulares: las más afectadas son rodillas, codos, hombros y tobillosArtritis simétrica: es decir, afectación simultánea de las mismas zonas en las dos mitades corporales. Artritis de las manos: Con el paso del tiempo las manos se van deformando, los músculos se van atrofiando.Anquilosis: (pérdida total de la movilidad) de las articulaciones es el resultado en los casos más graves. Además de estas manifestaciones articulares, hay otras extra-articulares: Los nódulos reumatoideos, presentes en el 25% de los casos, son nódulos situados debajo de la piel sobre prominencias óseas. La afectación cardiaca en forma de pericarditis se da en el 30-40% de los casos. A nivel pulmonar puede haber pleuritis, fibrosis pulmonar, obstrucción de las vías aéreas, nódulos pulmonares. También los ojos pueden afectarse y aparecer la inflamación de la córnea y de la conjuntivitis (queratoconjuntivitis seca).

Existen tres líneas de tratamiento

1-Destinados a disminuir la sintomatología (antiiflamatorios y analgésicos). Acción rápida. A-Aines: Los más empleados en el tratamiento inicial de la AR por su importante acción antiinflamatoria: afectan la función de los linfocitos, monocitos y neutrófilos y sobre todo, disminuyen la producción de prostaglandinas. B-Corticoides: Se emplean con frecuencia dadas su clara acción antiinflamatoria y la evidencia de que su uso a dosis bajas disminuye la aparición de erosiones. Su utilización en la AR debe reservarse para aquellos pacientes en los que los beneficios a corto plazo sean mayores que los riesgos de su empleo a largo plazo. 2-De acción más lenta son los fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad, inductores de remisión, de acción lenta, inmunosupresores y citotóxicos. Su uso es empírico, optándose por la terapia combinada de varios. Su efecto adverso principal es la aplasia medular (la médula desaparece). Compuestos de oro: Inhiben la capacidad fagocítica de los neutrófilos, inactivan parcialmente la cascada del complemento, bloquean las funciones de los linfocitos T y monocitos. No son de elección: están formados por azúcares unidos al oro mediante un grupo tiol (enlace covalente) y son de difícil eliminación (pueden tardar hasta año y medio en eliminarse completamente) Penicilamina: De uso restringido debido a su toxicidad. Antipalúdicos: (Cloroquina y derivados). Quelantes metálicos. Inhiben la liberación de prostaglandinas y enzimas lisosomales, la proliferación linfocítica y la producción de inmunoglobulinas. Sulfasalazina: (AINE) Mecanismo de acción desconocido, aunque se cree que actúa a nivel de los linfocitos B principalmente. Metotrexato: Antimetabolito del ácido fólico. Actúa a nivel celular y su acción es inmunosupresora. Rápido y seguro. Azatioprina: Es un análogo de las purinas que tiene acción inmunorreguladora (bloqueando la producción de linfocitos T y B) y antiinflamatoria (inhibiendo la división de células precursoras de monocitos, limitando la infiltración de estos a zonas inflamadas). Ciclofosfamida: Inhibe la replicación de ADN, disminuye la población de linfocitos B e interfiere en sus funciones, produciendo una disminución en la producción de inmunoglobulinas (metotrexato, azatioprina y ciclofosfamida son antitumorales útiles en esta patología debido a su actividad inmunosupresora. Presentan el efecto colateral de atacar a células que se reproducen mucho, como pueden ser las células de las mucosas, de ahí que provoquen irritación gástrica). 3-Anticuerpo monoclonales, los cuales inhiben los efectos de agentes inflamatorios endógenos como el TNF-α y el IL-6). Entre ellos el etanercept, adalimumab y el infliximab, que bloquean al TNF-α. Recientemente, nuevos tratamientos biológicos, entre ellos el rituximab (anticuerpo monoclonal anti-CD20) que despliega a los linfocitos B que son precursores de células plasmáticas y presentadoras de antígeno; y el nuevo anticuerpo monoclonal humanizado tocilizumab, que bloquea la interleucina-6.Fuentes: Wikipedia, Consumer.es

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