Hoy, al ir al leer el DIARIO de Cádiz me he encontrado con la noticia de la falta de víveres necesarios para surtir este año las necesidades de los bancos de alimentos y de las organizaciones que dedican su esfuerzo en repartir alimentos entre la población más necesitada. Desgraciadamente los menos favorecidos y los más perjudicados por la crisis del capitalismo son los que menos voces levantan o pueden levantar ante la misma. Las noticias normalmente obvian lo más evidente, lo más sangrante, que en el Tercer Mundo muere la gente de hambre, las mujeres no tienen medios para poder dar a luz, las medicinas no llegan, y aquí en el Primer Mundo convive un Cuarto Mundo totalmente desconocido para muchos. Existe una terrible asimetría en la crisis de este comienzo de siglo, una crisis de un sistema que no es capaz de hacer frente a los grandes retos de la renta básica, del control del flujo de capitales hacia paraísos fiscales, de la propia soberanía alimentaria del ser humano. En un Planeta donde los excedentes de producción se tiran para no abaratar los precios, donde el gran problema es que no podemos coger un avión o en una ciudad donde es preferible hacerle una visera a la Tribuna del Estadio de fútbol antes de dotar de medios a los más necesitados que hace años que no cobran el paro ni subsidio alguno. Vivimos instaurado en el sálvese quién pueda, donde, a modo de oasis, existen mujeres y hombres que dedican su tiempo libre a atender a los más desheredados del capitalismo salvaje que nos ha quedado como pensamiento único. Vivimos adormecidos por la realidad, acomodados entre el sofá, el periódico, la tele y quizás este blog. ¡Qué pena de herencia! ¡qué pena de la falta de alternativa! No sé si será por ser lunes, o por la pérdida, hoy, de un compañero, pero es difícil a veces maquillar la realidad. Buen día.
Foto: Diario de Cádiz.