La astaxantina es un potente antioxidante

La astaxantina es un pigmento rojo-rosáceo que aporta al salmón y a los flamencos sus colores característicos. Es un carotenoide, como el betacaroteno, la luteína y el licopeno. Sin embargo, a diferencia de estos carotenoides, los cuales se encuentran en plantas, la astaxantina se distribuye más ampliamente en organismos marinos, los cuales la obtienen a través del consumo de microalgas.

Estudios de laboratorio revelan que la astaxantina es más efectiva que las vitaminas A y E y que carotenoides tradicionales como la luteína y el betacaroteno en su actividad detoxificadora de los dañinos radicales libres. De hecho, la astaxantina ha demostrado ser, en términos de su actividad antioxidante, 10 veces más potente que otros carotenoides como el beta caroteno y entre 80 y 550 veces más potente que la vitamina E. En un estudio in vitro, la dosis efectiva de astaxantina fue 100 veces más baja que la requerida para la vitamina E y el betacaroteno. La estructura única de la astaxantina la permite existir tanto en ambientes hidro como liposolubles. Como resultado de ello, la astaxantina es un antioxidante de largo alcance, activo en todas las partes del organismo.

Los estudios sugieren que la astaxantina puede ser beneficiosa aumentando los niveles del HDL-colesterol (“colesterol bueno”) mientras que reduce el potencialmente dañino LDL-colesterol. Los potentes efectos antioxidantes de la astaxantina ofrecerán además protección contra la oxidación del LDL-colesterol.

Se puede afirmar que aquellos que consumen una dieta rica en carotenoides son menos susceptibles de desarrollar degeneración macular. Entre los carotenoides, la astaxantina ha demostrado una mejor protección frente al daño tisular inducido por los rayos ultravioleta que el beta caroteno y la luteína. Entre sus beneficios también destaca su bajo peso molecular, que le permite atravesar más fácilmente la barrera hematoencefálica y alcanzar los tejidos de la retina.