No llueve, apenas caen del cielo, cuatro gotas en lento movimiento, no es suficiente en tanto tiempo . Para que la vida fluya como siempre, sabemos que ha de llover intensamente. En las urbes sus habitantes, ajenos al desastre, disfrutan de su ausencia, mientras estrenan a diario trapitos con tal de tener buena apariencia, son capaces de olvidar su esencia, sólo quieren ser unos grandes mitos. Salvo los que sufren alergías , que saben de la importancia del agua, que cubre todas las insuficiencias a diario padecen su ausencia. En las aldeas comentan aturdidos, la falta de agua en los ríos, en los prados, en los cultivos. El ganado se ha quedado en secano, además de delgado. Pero en realidad, nadie parece asustarse cuando ven que el cielo reparte, cuatro gotas que refrescan el ambiente aunque se sepa que no es sufiente, el ser humano se protege bajo el olor a pureza fresca quiere creer que es suficiente mientras la pureza refresca, parace que a la vez, niebla su mente. ¿acaso, existe en la vida algún tesoro más puro que el agua? El oro líquido, que muchos desprecian da forma a la grandeza suprema, la vida en la tierra. Mientras la verdad, es única y verdadera,
si falta agua en la tierra,
la vida entonces, se contemplará de otra manera.