
The autopsy of Jane Doe (André Øvredal, 2016. Gran Bretaña): una propuesta de horror de estimable originalidad e interés y para ver sin tener ni idea de qué va, la cual rinde homenaje en cierta manera a las atmósferas del cine de John Carpenter, a partir de una premisa muy sugerente pero, cuanto menos, complicada: un padre y un hijo, médicos forenses de profesión, se disponen a realizar la autopsia de una joven sin identificar, con lo que ello implica: pocos personajes y un espacio cerrado. El film no obtiene en su desenlace la altura que sí alcanza en su primera hora, pero aun así es un pequeño ejercicio de intimista terror a tener muy en cuenta en la frontera de este 2016 muy aprovechable para el género y que ya veremos qué depara en 2017 tanto en superproducciones (Kong: Skull island, Alien: covenant, War for the planet of the apes) como en proyectos más pequeños (It, Split).





