un recuerdo equino, la verbena de Bordel
Nofler, ha pasado parte de su vida de a lomos de su yegua, miles de kilometros que hicimos juntas!!! aventuras y más aventuras interminables que llenan mi vida con un grato y fantástico recuerdo...Algunas están ya recordadas en mis blogs, otras en mi mente, hoy os traigo un pequeño resumen, de lo que fué un día de juerga a caballo inolvidable, risas, risas, risas y más risas......De todos los que participamos, pocos momentos mejores nos habrán pasado...
La propuesta era tentadora, ir a caballo por la noche a la aldea de Bordel, en Carral. En cuánto nos la propusieron, no pudimos decir que no, la primera pregunta que se hace todo el mundo ¿de noche ven los caballos? dicen que sí, pero entre camino tupido por los bosques no creo que pudiesen ver mucho...llevamos antorchas y linternas, por si acaso...nosotros no veíamos nada, la sensación era...grimosísima, sólo unos locos como nosotros pueden arriesgarlo todo en la aventura por vivir...
Salimos todos, como siempre todos hombres y yo la única mujer alocada que no se perdía nada.
Por el camino, reímos sin parar, uno llevaba una corneta, para anunciar nuestra llegada y cada vez que la tocada, a más de uno le hacía una pasar una mala jugada, sus caballos se ponían de manos, nerviosos y apenas podían controlarlos, pero la escena era muy divertida, en plena noche, nada se veía, unos para abajo y otros para arriba, no había orden ni concierto, intentábamos seguir en fila india, pero incidentes como encerder una literna y deslumbrar a otro, era descontrolar todo el batallón de partida,nada que no tuviese solución!!! unas risas y asunto arreglado, avanzando en la aventura.
Al fin llegamos al lugar de la verbena, en esta pequeña aldea, preciosa, dejamos los caballos sujetos en el pazo que estaba parte en ruinas. Y como cualquier otro paisano, nos fuimos a buscar el vino y el churrasco, con nuestra pinta de forasteros, con botas y capas, allí nos sentamos con el resto que personas que ya nos conocían por ser asiduos a estos lugares con encanto, donde tomar una a caballo era nuestra ilusión casi a diario!!!
Bebimos, comímos, nos reímos, pero eso no fué todo, bajamos a bailar a la verbena, a la pista de baile, allí nos introducimos como almas libres, sin verguenzas, sin temores al ridículo...sonaba la "ventanita del amor" y venga a bailar, formamos un coro y todo el mundo se unía" que felicidad!!! que risas!! Mientras los más serios pedían un whisky en la barra, uno, otro,...que peligro!!! compartían para no "berber demasiado" y claro...entre tanta alegría, y sorbito va y sorbito viene, se me olvido el único encargo, "no te olvides de decirme que aprieta la cincha" la cincha, para los no entendidos es la correa que sujeta la montura al caballo...ya os podeis imaginar el resto...
Toco la corneta!!! tiempo de retirada, comenzamos la vuelta, vamos a por las monturas, y dejamos la berbena, por el medio de la pista con los caballos y de fondo una canción dedicada a los caballos de ¿Manolo Escobar creo?
Allá nos fuimos!!! al monte envueltos en alegría y protagonismo de jinetes alegres que vuelven de una romería, hartos de comer, reir, bailar ...el mejor día que recordar!!! Y con la fuerza de creernos unos valientes jinetes y la chispa de los vinos...vaya vuelta más galopada!!!
Pero toda aventura feliz, tiene su precio...volvimos galopando a rienda suelta, y como siempre la loca de turno, mi yegua, no yo...(jajaja) comenzó una carrera picándose con uno de los jinetes, que acabó entres risas y en una idea mía... supuestamente brillante...que desastre...
Le propuse al avanzado jinete que nos escondiésemos en una curva para esperar al resto de los caballeros del grupo y así salir a su encuentro por detrás, tal cual forajidos que asaltan en el camino, siempre llevé en la sangre un halo de bandolera...
Pero la sorpresa nos la llevamos nosotros, cuando salimos al galope y de repente uno de ellos se cae al suelo en plena curva al galope tendido y casi le pasamos por encima, no se mató de milagro!!! era de noche y no se veía, le salvó su jersey amarillo, pero su yegua salio galopando como alma que lleva el diablo a sabe dios donde...
Aquí empezó la aventura..toda la noche y el día siguiente buscando a la yegua que no aparecía por ningún sitio.
El jinete afectado, fue el que me había dicho que le recordase que tenía que apretar la cincha y yo... simplemente me olvidé..el resultado fue un agobio de día buscando en todas partes una yegua desaparecida!!!
Al día siguiente, policia, guardia civil, seprona, paisanos de la aldea, el grupo de caballería ...todos buscando por cualquier rincón de la zona donde desapareció en plena noche el equino asustado con la montura colgando...
Por fin, uno de ellos, el maestro de nuestras enseñanzas ecuestres, vio a una señora en una finca y le dijo.."Señora, ¿vería usted a una yegua con riendas y con montura que se nos ha escapado?" y muy gallega la señora respondió : ¿y como era? jajaja, que risa nos dio cuando nos lo contó...como si todos los días se escapase un caballo con una montura y unas riendas sueltas...
Allí estaba la yegua, muy cerca de la cuadra, pero en una finca escondida, por eso no la habíamos visto...
Moraleja...si bebes no conductas... y si te piden que le recuerdes algo , no asegures que lo harás...puede ser que traiga consecuencias graves...jajaja
Espero haberos hecho pasado un buen rato de sábado !!!!
Hasta la siguiente !!!
Utrella!!!