La batalla cultural está siendo ganada por la derecha. Están marcando la agenda y nosotros entramos en el juego. Nos proponen la discusión en términos de coyuntura y perdemos de vista la verdadera esencia de la política.
Claramente es importante la mirada de lo inmediato, de lo cotidiano, pero el fondo -lo sustancial- está en poder plantear y debatir entre todos las cuestiones verdaderamente transformadoras: cómo generar riqueza, cómo distribuirla, cómo se le da más poder a la democracia, cómo pensamos el rol del Estado y cómo se direccionan las políticas públicas en favor de los más necesitados.
El planteo engañoso de los sectores conservadores es transformarnos en panelistas de programas de televisión para que sólo tengamos frente a nosotros la posibilidad de responder ante los hechos cotidianos y perder de vista ese concepto fundamental que es que la política es el único instrumento transformador de la realidad.
Sólo la política, en términos absolutos, puede modificar de raíz todas y cada una de las situaciones que parecen eternizar el poder de los privilegiados de siempre. Desde 1816 hasta hoy.
Es nuestra responsabilidad como militantes del campo nacional y popular, elevar el nivel de discusión para que todos tengamos la posibilidad de formarnos y poder defender a la Patria toda vez que sea necesario.