Durante la guerra de Sucesión española, el duque de Marlborough condujo una marcha a través de Europa para derrotar a una fuerza francobávara superior en Blenheim, a orillas del Danubio. Esta victoria no solo garantizó la seguridad de la capital de los Habsburgo, sino también la reputación de Marlborough como uno de los grandes comandantes militares de la historia.
Datos de Blenheim
Quiénes: Un ejército francobávaro bajo el mando del mariscal Tallard (1652-1728) se enfrentó a un ejército aliado bajo el mando del duque de Marlborough (1650-1722) y del príncipe Eugenio de Saboya (1663-1736).
Como: Las agresivas tácticas de combate de Marlborough, unidas a una potencia de fuego superior de la infantería, una artillería más fuerte y las tácticas de choque de la caballería, señalaron el fin de la supremacía militar francesa en la guerra de Sucesión española.
Dónde: En el pueblo de Blenheim (Blindheim) junto al Danubio, en el centro
de Baviera.
Cuándo: 13 de agosto de 1704.
Por qué: La Gran Alianza deseaba limitar el poderío francobávaro derrotando decisivamente a sus fuerzas en el campo.
Resultado: Marlborough y el príncipe Eugenio de Saboya derrotaron al ejército francobávaro y salvaron así a Austria de la invasión.
Antecedentes
El 1 de noviembre de 1700, el rey Carlos II de España murió sin herederos naturales, dejando su vasto imperio al nieto de Luis XIV, Felipe, duque de Anjou, para que lo gobernara como un reino indiviso, cosa que las potencias de la «Gran Alianza» antifrancesa estaban decididas a impedir. Luis XIV no tenía ningún deseo de provocar otra guerra, aunque, al mismo tiempo, no podía aceptar que un Habsburgo austríaco, el archiduque Carlos, se convirtiera en rey de España y dejara así a Francia rodeada por todas partes de estados enemigos. Si lo que deseaba era mantener la paz y, no obstante, ver a su nieto Felipe en el trono de España, Luis no pudo hacerlo peor. En febrero de 1701 sus ejércitos ocuparon los Países Bajos españoles, entre ellos algunos fuertes controlados por los holandeses, con lo que violó una serie de tratados internacionales e introdujo a su enemigo más peligroso, el rey Guillermo III de Inglaterra, y a Holanda, en un conflicto que ninguno de los dos buscaba. En septiembre de 1701, en respuesta, Guillermo había reactivado la Gran Alianza (Austria, los Países Bajos e Inglaterra) contra Luis XIV.
Formación de la infanteria del siglo XVIIIEl cabo jhon
Por desgracia, Guillermo III se cayó del caballo y murió a causa de sus heridas el 8 de marzo de 1702, dejando el trono a su cuñada la reina Ana (reinó entre 1702 y 1714). La alianza angloholandesa había de estar ahora bajo el mando del líder militar y político más notable de la época: sir John Churchill, primer duque de Marlborough.
El cabo John, como le llamaban afectuosamente sus tropas, había comprendido que la aparición de nuevos mosquetes de chispa, unida a la sustitución de la pica por la bayoneta de cubo, había devuelto la ofensiva a las tácticas de infantería. Igualmente, la caballería había de utilizarse en formaciones densas, utilizando tácticas de choque y cargando con las espadas desenvainadas. Por tanto, Marlborough, a diferencia de sus colegas, siguiendo los pasos de Gustavo Adolfo II evitaba las maniobras innecesarias y buscaba una resolución rápida mediante una batalla campal ferozmente disputada para derrotar al enemigo con un tremendo golpe.
La campaña
A principios de 1704 la guerra, que había resultado poco concluyente durante los últimos tres años, empezaba a hallarse en un estado muy crítico y peligroso para los aliados. Un gran ejército francobávaro estaba preparado para marchar sobre Viena obligando al emperador Leopoldo I a llamar a su más brillante comandante, el príncipe Eugenio de Saboya, para que regresara de Italia con su ejército. Los austriacos llamaron también en su ayuda a sus aliados angloholandeses.
Ejercito aliado marcha al sur
Marlborough sabía que los desprotegidos Países Bajos y la guerra se perderían si el enemigo derrotaba al ejército imperial y tomaba el control de Viena. No obstante, los Estados Generales holandeses pidieron al comandante inglés que alejara «su» ejército de la frontera holandesa. Marlborough apaciguó a los holandeses afirmando que solamente trasladaría a su ejército al río Mosela, y no más.
Tras dejar a 70.000 hombres para vigilar los Países Bajos, Marlborough, con 70.000 hombres y 48 cañones, marchó hacia el sur a lo largo del Rin. Se enfrentaba a 60.000 franceses en Estrasburgo y al ejército francobávaro de 60.000 efectivos, y era vital, si los aliados habían de tener alguna esperanza de éxito, mantener separados a estos dos ejércitos. Por tanto, el príncipe Eugenio (con 30.000 hombres) tomó posiciones en Baden para mantener a raya al mariscal Villeroi mientras Marlborough, que había llegado a Donauwórth el 1 de julio, se ocupaba del mariscal Marsin y del elector de Baviera, el príncipe Maximiliano Emmanuel II.
Marlborough tenía que tomar esta población fortificada y estratégicamente ubicada sin un dilatado asedio, si había de cruzar ileso el Danubio y ser capaz de derrotar a los francobávaros antes de que la temporada de campaña llegara a su fin.
Estrategia de Marlborough
El elector de Baviera había enviado a 14.000 soldados bajo el mando del mariscal D’Arco para construir un fuerte cerca de Donauwórth, llamado el Schellenberg, y para defender este vado vital frente a los avances de Marlborough. El ejército aliado, reforzado ahora por el príncipe Luis, elector de Baden, había tomado posiciones cerca del fuerte a mediodía del 2 de julio. Marlborough ordenó a su intendente general que levantara las tiendas para dar la impresión de que su ejército atacaría al día siguiente. Este sencillo ardid funcionó.
A las 17:00, la artillería abrió fuego sobre el Schellenberg, y a las 18:15, 6.000 soldados de infantería ingleses atacaron en tres columnas, respaldados por la caballería, y realizaron tres asaltos infructuosos contra las estructuras fortificadas.
La guarnición de D’Arco estaba ahora inmovilizada, lo que daba ocasión a Luis de atacar con una segunda fuerza contra el lado noroeste del fuerte a las 19:30. La cuestión se decidió entonces en un feroz combate cuerpo a cuerpo entre los aliados y las tropas bávaras, aunque al final los defensores, que perdieron la asombrosa cifra de 10.000 hombres, fueron aplastados por la intensidad y la ferocidad del asalto. Marlborough sufrió 1.400 muertos y 3.800 heridos.
Disposiciones
Estas bajas eran escasas en comparación con los avances de los aliados: la carretera al Danubio por Nordlingen estaba ahora abierta. El ejército de Marlborough cruzó el río Lech el 8 de julio y empezó a devastar la campiña bávara de forma brutal y sistemática hasta no dejar pueblos ni granjas en pie en la ruta de los aliados, que avanzaban inexorablemente. Marlborough se aproximaba ahora a su presa y solicitó, el 11 de agosto, que Eugenio se le uniese, especialmente porque el experimentado mariscal y conde francés Camille de Tallard había asumido el mando en Baviera.
Disposición francobarvara
Los francobávaros de Tallard habían tomado posiciones a poca distancia al oeste de Blenheim (o Blindheim) el 12 de agosto. Su campamento estaba en lo alto de una ligera elevación a 1,6 km al oeste del pantanoso arroyo Nebel, que formaba un «foso» empapado orientado al norte y al avance del enemigo. Los bávaros del elector estaban emplazados en torno a Lutzingen, Marsin se hallaba en Oberglau y Tallard, en Blenheim. El flanco izquierdo (oeste) se apoyaba en una serie de colinas y bosques, y el derecho (oriental), en el Danubio.
Tallard y sus colegas se sentían bastante seguros en esta «inexpugnable» posición, que se parecía a una fortaleza, y no podían creer que Marlborough y Eugenio tuvieran la suficiente audacia o temeridad para atacarles, especialmente cuando les superaban en número. Los comandantes enemigos eran despiadados y audaces, especialmente Marlborough, y la caída de Donauwórth había demostrado claramente que ni siquiera una verdadera fortaleza podía hacer frente al cabo John y a sus feroces casacas rojas.
Disposición gran alianza
Al amanecer del 12 de agosto, Marlborough hizo un reconocimiento personal de la posición del enemigo en Blenheim y en sus alrededores. A las 02:00 del día siguiente, el ejército aliado partió hacia el oeste en cuatro columnas, cruzó el arroyo Kessel a las 03:00 y tres horas más tarde había alcanzado terrenos elevados en Wolperstetten. A las 07:00 la bruma matinal se levantó al fin del campo, revelando a los francobávaros la inoportuna presencia del ejército aliado a solo un tiro de piedra de sus líneas.
De forma increíble, Tallard, Marsin y el elector seguían creyendo que el enemigo se retiraría y, con cierto horror, se dieron cuenta de que los aliados iban en serio. Se dio la alarma general, enviando tropas, caballos y vagones en todas direcciones para ocupar sus posiciones de combate. Los comandantes aliados observaron con satisfacción que habían cogido por sorpresa a sus enemigos, y ni el duque ni el príncipe italiano eran la clase de comandantes que desperdiciarían una oportunidad así. Unos 56.000 soldados ingleses, imperiales y holandeses se enfrentaban a 60.000 franceses y bávaros.
La batalla
La batalla podía empezar finalmente, y lo hizo, con una enorme descarga de artillería de los franceses, a las 08:30, a la que respondió una explosión igualmente ensordecedora de las baterías inglesas (que contaban con unos 90 cañones). Tallard no tuvo tiempo de concebir un elaborado plan de batalla. Los francobávaros permanecerían a la defensiva, aunque los dos ejércitos combatirían por separado. Marsin defendería el centro, el elector, el ala izquierda, y el propio Tallard, el area en torno a Blenheim hasta el Danubio. Marsin y el elector ocuparían posiciones hasta las mismas riberas del Nebel, mientras que la fuerza de Tallard defendería una posición unos 1.000 m al sur del arroyo. Tallard esperaba que Marlborough avanzara a través del Nebel, quedara atrapado en el fuego cruzado entre Oberglau y Blenheim y permitiera así que Tallard contraatacase y rechazara a los ingleses hacia los marjales que flanqueaban el Nebel.
Marlborough había observado que el ala derecha del enemigo era más fuerte que su izquierda, así que atacaría el flanco más fuerte. Marlborough tuvo un presentimiento acerca del ardid de Tallard y envió a Eugenio a inmovilizar al elector mientras él avanzaba para neutralizar a las guarniciones francesas de Blenheim y Oberglau. Las artillerías inglesa y francesa mantuvieron un duelo durante cuatro horas mientras la columna de lord Cutts cruzaba el Nebel y creaba una cabeza de puente en la ribera sur. Marlborough esperaba con impaciencia recibir nuevas de que Eugenio que avanzaba con dificultades hacia Lutzingen, hubiera atacado e inmovilizado a los bávaros del elector antes de atacar
Por fin, el edecán del saboyano llegó con las deseadas noticias, y a las 12:30 Marlborough les dijo a sus generales: “Caballeros, a sus puestos”. Quince minutos después la brigada inglesa del general Rowe atacó Blenheim, donde de forma bastante inútil, estaban contenidos 12.000 soldados franceses. Dos asaltos, en los que cayó Rowe con la tercera parte de sus hombres, fueron rechazados, aunque habían cumplido su objetivo. En el centro, los alemanes del príncipe Holstein-Beck que atacaban Oberglau tuvieron dificultades, hasta que Marlborough envió a la caballería austríaca de Eugenio para rechazar a la caballería francesa con fuertes pérdidas. Holstein-Beck empujó a los franceses hasta el pueblo y les mantuvo confinados allí durante el resto de la batalla.
A las 15.00 el elector se había visto imposibilitado a unirse a los franceses mientras se impedía a los pueblos que respaldaran el contraataque de Tallard. Marlborough cruzó finalmente con el resto de su ejército una hora después, y a las 16:30 llegaron las deseadas noticias de que Eugenio había arrojado al elector de Lutzingen. Tallard se dio cuenta al fin de que Marlborough le había superado tácticamente y envió nueve batallones apresuradamente a defender la posición cerca de Oberglau. Los batallones combatieron ferozmente para defender sus posiciones; sin embargo, fueron masacrados hasta el último hombre donde estaban, mientras que la tan cacareada caballería francesa huía hacia las aguas y riberas pantanosas del Danubio. Hacia las 17:30 la batalla había terminado, tras caer Tallard en manos inglesas, y todo el ejército francobávaro había dejado de existir como una fuerza militar organizada. Para su perenne honor, las guarniciones francesas de Blenheim y Oberglau resistieron hasta las 21:00, cuando ellas también se cansaron finalmente de la matanza.
Secuelas
No había sido una victoria fácil ni carente de sangre.** La quinta parte del ejército aliado había desaparecido (4.500 muertos y 7.500 heridos), pero esto no era nada comparado con la destrucción causada a los francobávaros, que habían perdido 15.000 prisioneros y 13.600 muertos, heridos y ahogados en el Danubio.
Marlborough había avanzado con su ejército 400 km en el corazón del territorio enemigo, sin que los franceses fueran capaces de interceptarlo ni bloquear su avance, y había obtenido una de las mayores victorias de la historia militar europea, una victoria que podía compararse con Agincourt, ya que la reputación de excelencia militar e invencibilidad de Francia había sido destruida de nuevo. Europa se salvó de la hegemonía francesa.**