Ánade azulón alzando el vuelo y mostrando la variedad de colores de su plumaje
Javier Rico
Gracias al fotógrafo y monitor ocasional de Aver Aves, Nicolás Pinedo, os dejamos con una entrada al blog especialmente bella. Con ella queremos que te detengas a observar las diversas y llamativas formas, plumajes y colores de las aves que habitan a nuestro alrededor en las ciudades. Las prisas y el no valorar lo cercano nos hace que muchas veces no reparemos y disfrutemos con ellas. Además, estos detalles seguro que os ayuda en identificaciones futuras.
Comenzamos con el ánade azulón, el pato más habitual. Le hemos visto, y vemos, durante todo el año en lagos, estanques, ríos, rías, canales y hasta fuentes y charcos emergidos tras las últimas y copiosas lluvias. Es precioso, con una gran variedad de colores repartidos por todo el cuerpo: marrón, amarillo (pico), verde irisado, gris, naranja (patas)…
Carbonero común acicalándose sobre una rama
Otro bellezón, el carbonero común. También se queda todo el año revoloteando entre la biodiversidad urbana, muy pegado a los árboles, sean coníferas o caducifolios, y con algunas incursiones en tierra firme para dar cuenta de granos o invertebrados, según convenga. Su corbata negra sobre el pecho amarillo le hace inconfundible.
El anillo ocular y pico amarillos resaltan sobre el negro del mirlo común
Aún recordamos la primera vez que un grupo de escolares vio al mirlo común de cerca, por el telescopio. Tan habitual entre los setos e incluso patios de las ciudades y nadie sabía que tenía esos ojos con círculo amarillo y pico del mismo color “tan bonitos”. Y sí, es el que entona en las mañanas, incluso madrugadas urbanas, esos trinos tan atrevidos y variados.
Inconfundible silueta del petirrojo, con su cara y pecho anaranjados
Uno de nuestros preferidos, sin duda, es el petirrojo. Ahora se le oye y ve menos en la ciudad porque cuando llega el calorcito prefiere los bosques y setos menos humanizados. Aún así, su encendido pecho anaranjado le hace igualmente inconfundible, y también su dominio del territorio frente a otros congéneres y otras especies. Es muy mandón.
La cola larga y continuamente en movimiento es uno de los rasgos distintivos de la lavandera blanca
La más pizpireta del grupo, también con mayor presencia en la ciudad durante el otoño/invierno. Pero a lavandera blanca también se la ve entre la primavera y el verano, con su figura estilizada, su cola meneándola arriba y abajo y su correr inquieto por el suelo, los mismo por una pradera verde que por el asfalto más duro.
El plumaje del pinzón vulgar adquiere toda su intensidad en primavera
De entre los fringílidos, a los que pertenecen jilgueros, canarios y verderones, entre otros, hemos elegido al pinzón vulgar. Muy activo a ras de suelo, que picotea en busca de comida, muestra ahora, en primavera, lo mejor de su plumaje, en especial el macho. Contrastan mucho las partes grises de la cabeza con la espalda y pecho de tonos mieles y naranjas.
Otra ave inconfundible y habitual de la ciudad, la abubilla
Concluimos con la abubilla, la más punki de las aves. También de tendencia más “terrícola”, picoteando incesante entre las praderas (especialmente a primera hora, cuando están más blanditas) de cualquier parque en busca de alimento con su largo y curvado pico. La cresta y las alas blanquinegras acaban por definir a otra ave urbana harto bonita y fácil de distinguir.
Estamos seguros de que en tu próximo paseo por la naturaleza urbana no se te pasa identificar a estas siete bellezas de la avifauna. Y, como siempre, si quieres ampliar tu capacidad de identificación a más especies, solo tienes que ponerte en contacto con Aver Aves y montar una ruta para conseguirlo.
Infórmate sobre nuestras rutas para colegios, institutos y ampas por parques y jardines de la Comunidad de Madrid.
Contacto: [email protected] / 617 47 80 17