El té es la segunda bebida más consumida el mundo. Y esto no sólo guarda relación con su agradable sabor, si no también con los múltiples beneficios terapéuticos que supone.
El té verde proviene de la planta Camellia Sinensis, de la que se extraen también otros tipos de té. El te verde se obtiene cociendo las hojas frescas al vapor con altas temperaturas. De esta forma, y a diferencia de lo que ocurre con té negro, se detiene el proceso de fermentación, las enzimas anti oxidantes permanecen inactivas y su contenido en polifenoles queda intacto. ¿Qué son los polifenoles? Son unas sustancias con propiedades anticarcinogénicas, antiinflamatorias, termogénicas, probióticas, antioxidantes y antimicrobianas. Como véis, todo un cóctel de beneficios!
Así pues, y debido a ingredientes como los polifenoles, cada vez hay más evidencias científicas de que el té verde tiene interesantes acciones antitumorales. Por poner un ejemplo más específico, hay varios estudios que sugieren que estas propiedades el té son útiles en diversas afecciones de la piel. Debido a su efecto protector frente a los rayos ultravioletas, puede resultar útil para reducir el riesgo de cáncer de piel inducido por el sol. Así que chicas, si alguna vez os quedáis sin tónico, siempre podéis usar una infusión de té verde. ¡Vuestra piel notará la diferencia!
Este efecto antitumoral no sólo se limita a la piel. Hay estudios que indican que el té verde puede ser útil no sólo como prevención al cáncer, si no terapéutico. Y es que se ha comprobado el aumento de la capacidad antioxidante del plasma después del consumo de té. Recordad que los antioxidantes son los que nos protegen de los radicales libres, sustancias que dañan el ADN de nuestras células.
Los efectos beneficios del té verde también se extienden a la prevención de la arterioesclerosis coronaria, teniendo un efecto cardioprotector y disminuyendo las posibilidades de sufrir dolencias cardiovasculares.
Así mismo, la influencia de los polifenoles en el organismo también se extiende a la liberación de calor y, por tanto, a la destrucción de grasas. Este proceso se denomina termogénesis, que implica consumo de energía. Por eso recomienda el té verde como completo del ejercicio físico y una dieta equilibrada, ya que favorece la quema de grasas. Esta propiedad es la responsable que el te verde se encuentre muy vinculado con dietas de adelgazamiento. También es muy útil en este sentido por su poder diurético, favoreciendo la eliminación de agua y toxinas, por lo que es una bebida adecuada para todas aquellas personas que sufren de retención de líquidos.
Además, se ha vinculado el consumo de este té con la reducción de la incidencia de artritis reumatoide o un retraso en su aparición. Ayuda en la prevención de las caries. Efectivo en caso de indigestiones. Previene la fatiga. Ayuda a mantener la densidad ósea, debido a su contenido en minerales. Constituye todo un sedante natural, ya que tiene la mitad de cafeína de un té negro y la cuarta parte de un café. Además es útil para calmar picaduras de insectos, abrasiones, cortes o el acné, por su efecto calmante y antiséptico.
Muchas propiedades increíbles para una bebida que a priori parece "poca cosa", ¿verdad? Y vosotras, ¿soléis tomar este tipo de té?