LA BETA es un indicador clave para conocer el riesgo propio de cada valor
en relación con el riesgo del mercado. Es una variable muy apreciada por los gestores a la hora de constituir una cartera de acciones para minimizar el riesgo.
• ¿Qué es?
Es uno de los principales indicadores para estimar el riesgo de una inversión. Mide la relación entre la rentabilidad de un activo y la rentabilidad del mercado en el que se negocia. Permite calibrar cómo responde un título determinado a las oscilaciones de la bolsa. Si la beta es menos de uno, indica que el título tiene escasa sensibilidad a los ascensos o descensos generales y, por lo tanto, tiene menos tendencia a subir o bajar que el índice del mercado. Si es más de uno, significa que es más sensible que el índice de mercado, y cualquier subida o bajada se verá amplificada en dicho título. Si es igual a uno, señala que el título tiene un comportamiento semejante al del índice de mercado.
• ¿Para qué sirve?
Sirve para medir el comportamiento de un valor respecto a los movimientos del mercado y es un dato muy útil, a la hora de hacer una cartera de acciones, para minimizar el riesgo. Si sólo cogemos valores con sensibilidad agresiva, nuestra cartera subirá o bajará más que el índice de la bolsa. Si cogemos valores con una beta inferior a la unidad, nuestra cartera tenderá a subir o bajar siempre menos que dicho índice. Los gestores de cartera tienen muy en cuenta la beta para medir el riesgo.
Es un dato muy importante para tomar posiciones a corto y medio plazo. Si esperamos que la bolsa suba, compraremos acciones con una beta alta porque su subida será mayor que la del índice. Por el contrario, si esperamos que el índice caiga, optaremos por valores con betas bajas porque el descenso de su rentabilidad será menor que el de la bolsa.
• Atención a...
El problema con las betas, entre otros, es su estabilidad. Como se dice con la rentabilidad de los fondos, “estabilidades pasadas no garantizan estabilidades futuras”. Así, cualquier noticia positiva que se diera de un valor en un momento de calma en el mercado provocaría que, durante un tiempo, no se sabe cuánto, el valor tuviera una beta alta y fuera considerado agresivo cuando históricamente no ha sido así. El problema muchas veces está en coger un periodo de cálculo lo suficientemente grande para que contenga el mayor número de escenarios y lo suficientemente pequeño para no incluir momentos demasiado lejanos.
• Valores ofensivos
Los valores con una beta alta tienen, como todos los títulos, los riesgos del mercado, pero también los riesgos específicos del propio valor. Porque la rentabilidad de este tipo de valor tiende a subir y bajar más que la de la media de los valores. El título con la beta más alta en el mercado continuo, el campeón de la agresividad, es Terra, con una beta de 2,58. Ese liderazgo es sólo una muestra de las características de los valores de la llamada “nueva tecnología”. Le siguen TPI (1,88), Amadeus (1,82), Sogecable (1,69), Telefónica (1,55), Gas Natural (1,20) e Indra (1,02). En el cuadro de valores del continuo hay siete con una beta negativa (Banco Herrero, Uniland Cementos, Corp. Ib-Mei, Iberpapel, Lingotes, Indo y Vilesa). Significaría que se comportan al revés del mercado (cuando el índice sube, el valor baja y viceversa), pero en la mayoría casos la beta no tiene gran significado, porque se ha calculado con datos poco representativos.
• El sector de telecomunicación manda
Los datos sobre la beta por sectores reflejan de forma muy clara los profundos cambios que se han registrado en los últimos meses en los mercados bursátiles, entre ellos los españoles. Hace sólo un año, el sector bancario era el que tenía una beta mayor, lo que ponía en evidencia los cambios que de forma especial afectaban a este sector con motivo de las perspectivas de fusiones. Ahora, sin embargo, son las empresas del sector de la telecomunicación las que se sitúan en cabeza y, entre ellas, las relacionadas con las nuevas tecnologías. Debido a que la mayor parte de las empresas del sector de nuevas tecnologías llevan cotizando pocas sesiones en los mercados, todavía sus datos no son muy representativos. Pero no hay duda de que el tiempo confirmará ese carácter de valores de riesgo.
Queda ya muy lejos aquella imagen del sector de la construcción como el sector ofensivo por excelencia, con una beta insuperable. Ahora, este sector aparece en un nivel medio y por debajo de los que representan a los valores de telecomunicación, bancos y eléctricas. Los recientes movimientos en este último sector han incrementado su beta hasta niveles desconocidos, ya que siempre se ha tratado de un sector con valores defensivos cuyo comportamiento era similar al del índice general. Aquellos valores de riesgo son ahora conservadores.