Jill Abramson (Foto: El País)
Se llama Jill, se apellida Abramson y es la nueva directora del New York Times. O sea, la mandamás de la biblia del periodismo. De un medio de referencia en Estados Unidos y en todo el mundo -al que, dicho sea de paso, no pisamos en España ni las pieles muertas de los talones-.
El nombramiento es histórico: en los 160 años de vida de la Dama Gris (así se refieren en EEUU al New York Times, no a Abramson), todos sus jefes habían sido eso, "jefes", o sea hombres. Pero hete aquí que llegan tiempos de cambio, que Internet y la comunicación 2.0 ponen a cavilar a la industria mediática y es entonces cuando se elige a una periodista de raza para capitanear el cambio de rumbo.
Abramson es la artífice de la reestructuración de la web del Times, con su nuevo sistema de pago. Alguno se le habrá echado encima por pretender cobrar lo que otros regalan, pero la información del NYT lo vale. Y ella guarda en el puño de la blusa un as de valor incalculable: sabe ganarse el apoyo de quienes apuestan por el social media y mantiene la adhesión de la "vieja guardia" apegada a métodos periodísticos off line.
Dice Abramson (vía El País): "En mi casa, el Times era una religión. Si el Times lo decía, era la verdad absoluta". Lástima que en España no podamos decir nada semejante de ningún medio.
Por cierto, ¿cuál de los grandes periódicos españoles está dirigido por una mujer? Tic tac, tic tac, tic tac. No, no sigan pensando: ninguno. Y eso que somos nosotras las que llenamos las facultades de Periodismo.