JFK Imagen Social se ocuparon de la fotografía que hoy os enseño y del vídeo. Es un lujo coincidir con compañeros como ellos siempre. No puedo tener más que buenas palabras hacia ellos.
Laura no quería apenas flores (como os había contado en un
post anterior sobre su boda), así que decidimos diseñar rincones y espacios verdes donde el único elemento floral que aportase color fuese el rosa-granate del brezo del otoño. Este color predominaba también en su maquillaje, su manicura, su tocado y su ramo.
Pando Floristas se ocupó de la vegetación, donde destacaban los helechos de diferentes tamaños y algunas kentias para lograr altura y volumen en las composiciones. Montamos un bodegón fuera de la Iglesia con los misales y después, otro para el protocolo de mesas en el claustro del Parador, donde los invitados pudieron encontrar fotos suyas y llevárselas de recuerdo.
El ramo de Laura estaba compuesto de astilbe, cinerea, flor de cera, rosas ramificadas, achilea…una maravilla de composición otoñal. Llevó un vestido de
Franc Sarabia con un tocado de
Le touquet formado por pequeñas flores y frutos silvestres que me encantó porque hay ciertas épocas del año y determinadas bodas que piden color y salir de los tonos pastel, y ésta era una de ellas. Lo acompañó con unos zapatos Jimmy Choo que compró en
Isabel Timón, una zapatería maravillosa de Oviedo. Por su parte, David llevaba un chaqué de
Sastrería Plácido, que siempre es un acierto. Y cómo se nota un buen chaqué.
El aperitivo fue amenizado por
Gil y Him. Si no habéis escuchado a esta pareja en directo, ya estáis tardando, son buenísimos. Además Helena Gil es amiga de la novia, así que fue doblemente emotivo tenerles allí.
El salón de la cena tiene una estética totalmente distinta, así que jugamos con luces, con velas y con una mantelería y bajoplatos diferentes en la mesa presidencial de la mano de
M viste tu mesa. Para enmarcar esta mesa (que ya sabéis que es mi sello de identidad desde la primera boda), los chicos de
Pando Floristas se ocuparon de suspender sobre la mesa diversas estructuras vegetales formadas por ramas con paniculata y velas.
Las niñas, vestidas de
Teresa y Leticia, se ocuparon de traer los diferentes detalles que los novios habían preparado para los invitados.
Nunca sé cómo acabar estos posts. Parece que el cuerpo me pide dar las gracias a los novios por contar conmigo y decirles lo increíblemente bien que trabajé con ellos y en su boda. Será que es así, que soy afortunada o que me gusta lo que hago. O las dos cosas.
Así que me repito nuevamente, y sin ninguna vergüenza. Gracias Laura y David.
Patricia