Revista Deportes

La bomba de Aureliano, la diferencia en un clásico mediocre

Publicado el 13 marzo 2011 por Marianofusco

Poco que destacar en el clásico entre San Lorenzo y Boca. Juegan mal ambos, ni de cerca parecen equipos grandes, no le dan un trato agradable a la pelota y no justifican demasiado esa chapa de candidato con la que arrancaban en la previa. La diferencia que rompió el partido y terminó dándole la victoria al dueño de casa fue un bombazo tremendo que soltó la zurda de Aureliano Torres desde casi 35 metros. El gol rubrica la paternidad del Cuervo sobre Boca, lo impulsa a seguir en los primeros planos del Clausura 2011 y, seguramente, tapará varias carencias que hubieran quedado más resaltadas en el análisis final de Ramón Díaz. En cambio, a Boca se hace todavía más chico, más lastimoso y deja más expuesto a Falcioni, que repite el mismo camino que el equipo de Borghi.

Lejos quedó para Boca aquel 3-0 sobre San Lorenzo, de fines de enero, cuando el romance con Falcioni estaba en plena ebullición. Aquel partido, Boca lo pasó por arriba al Ciclón, tanto que Ramón Díaz quiso arreglar una revancha imprevista siete días más tarde para buscar cambiar esa imagen tan frágil con la que había quedado. Aquel Boca formó con: Lucchetti; Calvo, Caruzzo, Insaurralde, Monzón; Chávez, Rivero, Somoza, Colazo; Mouche y Viatri. Este Boca que apenas hizo acto de presencia en el Nuevo Gasómetro formó casi igual, pero con García en el arco, Cellay por Calvo y Palermo por Viatri.

Falcioni dispuso de ese mediocampo que tan buenos resultados le había dado en Boca en el verano, pero, ahora, el rendimiento de esa estructura es el de una sombra. No genera peligro, no da seguridad en el fondo, no hay chispa en el ataque. Ni siquiera llega a dar tres pases bien. No produce nada, es más de lo mismo que se viene dando en Boca desde hace casi tres años. La entrada de Erviti tampoco cambia nada, porque no hay rastros del adalid que era en Banfield. Hace tres fechas que no marca goles, y apenas convirtió dos en estas cinco jornadas. Palermo todavía no festejó en el campeonato. El equilibrio siempre es necesario, no así el exceso de equilibrio que por momentos tiene y no le sirve para nada.

Ramón Díaz, como suele suceder, terminó colgándose medallas por el planteo de su equipo. San Lorenzo jugó tan mal como Boca, con un poco más de actitud, combatividad y ganas, pero con la misma pobreza futbolística. “Pusimos jugadores de buen pie como Carmona y Aureliano”. En su mayor parte, el plan fue copar la mitad de la cancha con cinco volantes, de los cuales solamente Ortigoza era el que aportaba algo de claridad, y tirarle pelotazos a Menseguez y Salgueiro. Aureliano finalmente tuvo la llave para ganar el partido, con ese misil que dejó a García mirando cómo le volaban el arco.

Boca sigue desangrándose cada fecha que pasa, adentro y afuera de la cancha. San Lorenzo, bastante lejos ser un aluvión, sigue subiendo escalones. Después de todo, no necesita de gran artillería para diferenciarse del resto.


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