En el año 2011, el número de pacientes que en Suiza se suicidaron con la ayuda de organizaciones de suicidio asistido ascendió a 560 personas; 416 en la clínica Exit (que atiende exclusivamente a residentes en Suiza), y 144 en Dignitas, lo que supone un aumento del 35% respecto al año anterior.
De las dos clínicas citadas, sólo Dignitas ayuda a morir a extranjeros. El Tribunal Federal suizo ha dictaminado que una persona tiene derecho a poner fin a su vida, siempre y cuando se encuentre sano de mente.
A mí personalmente me parece que el europeo medio lo que necesita no es una inyección de cianuro en vena sino una sobredosis de optimismo y esperanza, para combatir la soledad y la angustia.