Páginas: 271
ISBN: 9788415140443
Precio: 10 €
Sinopsis
San Sebastián, 1813. Maritxu Altuna es la dueña de la Casa del Chocolate, una chocolatería en la que los vecinos se reúnen a menudo para pasar el rato y comentar las últimas noticias sobre el avance de la Guerra de la Independencia. Maritxu quedó viuda años atrás y tiene una hija adolescente, Marina, que muestra una gran rebeldía y le da más de un quebradero de cabeza. Las últimas noticias sobre el avance de las tropas aliadas causan una gran incertidumbre entre los ciudadanos, por lo que muchos de ellos deciden abandonar la ciudad hasta que pase el asedio. Maritxu envía a Marina junto a su abuelo, aunque ella decide quedarse para defender su negocio.Mientras tanto, el joven Joaquín Larburu ha terminado sus estudios universitarios en Francia y regresa junto a su familia. El padre, un hombre obstinado y cerrado en sí mismo, se niega a escuchar las súplicas de su hijo para proteger a las mujeres del hogar, lo que enfría todavía más su relación. Joaquín encuentra sus apoyos en un amigo de toda la vida y en la Casa del Chocolate, donde charla con la gente y se siente como en casa. En esas conversaciones hay opiniones para todos los gustos, desde los que piensan que ocurrirá algo grave hasta los que confían en que los aliados los liberarán de los invasores (los franceses, que ocupaban la ciudad desde hacía cinco años). Pero ya se sabe que las guerras no traen nada bueno…
Comentario personal
Reconozco que tenía muchas esperanzas puestas en La brecha: Toti Martínez de Lezea no me suele decepcionar y de este libro en concreto había leído críticas muy entusiastas. Ya os adelanto que a mí no me ha gustado tanto (de hecho, ha sido un pequeño bache en medio de lecturas excelentes); puede que por un lado se deba a las altas expectativas creadas, pero también pienso que la novela tiene algunos problemas y se podría haber trabajado más. Antes de entrar en materia, quiero aclarar que desde mi punto de vista hay dos partes claramente diferenciadas, la histórica y la novelada, de modo que en mi reseña las analizaré por separado.Esta vez Toti nos traslada a San Sebastián en el año 1813, una época en la que el territorio estaba ocupado por los franceses, que a su vez estaban en guerra contra los aliados y se preveía que en cualquier momento llegaran a San Sebastián. En las primeras páginas la autora consigue plasmar el ambiente de miedo y desconcierto de los habitantes: unos creen que no pasará nada, otros huyen, los hay que no saben qué pensar… Durante esos fragmentos realmente sentí que me había trasladado al lugar de los hechos y comprendí los temores de la gente. Personalmente, desconocía los detalles de este periodo y me ha resultado interesante aprender sobre la invasión, la quema y la posterior reconstrucción de esta bellísima ciudad.
Desde mi punto de vista, La brecha tiene un mayor componente histórico que otras novelas de esta escritora. Además de la incertidumbre previa a los acontecimientos, hay mucha información sobre lo ocurrido (se extiende al hablar del trágico 31 de agosto, conocemos la perspectiva de los invasores…) y no solo he leído la historia de Maritxu, sino que he disfrutado de una buena obra didáctica que ha aumentado mis conocimientos sobre el tema. Sin duda, Toti se ha documentado de maravilla, aunque esto también tiene sus inconvenientes.
Hablemos ahora de la vertiente de ficción pura, es decir, lo relativo a Maritxu, Marina, Joaquín y los demás personajes. Como sabéis, me encantan las protagonistas femeninas fuertes, de modo que la personalidad de Maritxu Altuna me gustó de inmediato: una mujer fuerte, que ha criado a su hija sola y es de las que esconden sus sentimientos. Yo me identifico más con este carácter frío en apariencia, pero en la práctica mucho más leal y humano que el de aquellos que enseguida derrochan amor sin conocer a las personas. No es la primera vez que Toti desarrolla un personaje femenino valiente, ya lo hizo con las dos madres de Los hijos de Ogaiz y las parteras de La herbolera, entre otros.
Por otro lado, la idea de una chocolatería como punto de encuentro en unas fechas tan difíciles me transmite mucho encanto, es el toque simpático de la novela. Me recuerda al espíritu de Chocolat, de Joanne Harris (es probable que os suene más por la película que lleva el mismo título), aunque en todo lo demás son libros muy diferentes. También me ha gustado mucho la evolución de los personajes, sus sentimientos (nada previsibles) y la lucha de los lugareños por levantar su ciudad después de la quema. Del mismo modo, la brecha que da nombre a la novela, además de ser una parte de la muralla, se puede entender como una brecha en el corazón de los donostiarras, que nunca olvidarán lo ocurrido. En general, la historia tiene puntos muy buenos, de los que llegan al lector.
Y sin embargo, no me ha hecho sentir tanto como debería. En mi opinión, la parte histórica se come las tramas personales: al dar tanta información se pierde capacidad para transmitir. A menudo he pensado «Bien, ahora sí que empieza lo bueno» mientras leía una escena relativa a los personajes, pero esa sensación se evaporaba en cuanto llegaba una parrafada sobre los acontecimientos históricos. No se trata de que estas partes aburran (Toti se explica de forma amena), sino que le restan magia, chispa, a la historia en su conjunto, que no es lo mismo. La autora se ha documentado a conciencia y, además de escribir una novela, ha querido que este texto sirva para dar a conocer esta etapa negra de San Sebastián, así lo veo yo. Creo que Toti se mueve mejor cuando los datos históricos le sirven para fijar un ambiente y a partir de ahí crear la trama personal que ella desea, sin necesidad de ceñirse a las fuentes de forma constante, como ocurre en La herbolera y La Universal, dos de sus mejores libros para mi gusto.
Pero ese no es el único problema: la autora cambia de enfoque sin orden ni concierto (al principio se centra en Maritxu, luego en Joaquín, a veces en nadie en particular, y así sucesivamente) y esto me desconcertó un poco al leerlo. No me malinterpretéis: el hilo argumental se puede seguir sin problemas, es solo que en mi opinión el resultado habría mejorado si siempre se tomara como punto de partida a Maritxu, por ejemplo. Por otra parte, en muchos fragmentos he tenido la impresión de que nos «dice» las cosas en lugar de transmitírnoslas a través de los hechos (el famoso Show, don’t tell). Hasta ahora no me había parado a pensarlo, pero quizá esta cuestión sea la causa de que ninguna novela de Toti haya llegado a conquistarme, por muy interesantes que sean sus contenidos históricos.
Cuando se hace un salto en el tiempo y pasamos al año 1821, se abusa muchísimo de todos estos malos recursos que he comentado, incluidas algunas parrafadas históricas que tuve que leer con calma para asimilarlas bien. Es una pena, porque repito que la evolución de los personajes es francamente buena y si se hubiera narrado de otra manera estoy segura de que me habría llegado más. Me parece una lástima que Toti no haya explotado más el contenido novelado porque tiene diálogos brillantes (es de los pocos libros de la autora en los que he tomado nota de algunos fragmentos). De todas formas, tampoco quiero que nadie se desanime: a pesar de todo, La brecha me parece una buena obra, simplemente creo que podría haber estado mejor.
Con respecto a los personajes, tengo la sensación de que la mayoría están bien perfilados (además de la protagonista, destacan Joaquín, Juanito Galerdi, Marina, el general Mercier, el padre de Maritxu…); no obstante, pierden fuerza y no alcanzan la categoría de inolvidables por lo que he explicado. Quiero decir a favor de Toti que esta vez no creo que se haya excedido en el número (es una crítica que suelo hacerle porque a veces me he perdido) y me ha parecido acertado que construya personalidades de todo tipo, tanto bondadosas como perversas. El final de las tramas personales es redondo, quizá demasiado ideal en algunos puntos, pero me convenció.
El estilo resulta entretenido y adictivo, como casi siempre en las novelas de esta autora. Hay partes de diálogo, pero predomina la narración en tercera persona de la que he hablado antes. Con todo, no lo considero una lectura fácil: hay que estar atentos al leer para que no se nos pase nada (sobre todo en esos fragmentos históricos en los que se da tanta información). Hablando del texto, Maeva suele cuidar bastante sus ediciones, aunque esta vez tengo que hacerles una pequeña crítica: en la corrección se han colado varios gerundios mal empleados.
En definitiva, La brecha es la historia de una guerra desde la perspectiva de los civiles, de cómo en unas horas su mundo se viene abajo y quedan marcados de por vida. ¿Imprescindible? No, mucho de lo que se cuenta aquí lo he leído en otras novelas de tema similar. Ahora bien, lo que sí tiene de interesante es que se centra en lo acontecido en la ciudad de San Sebastián, y de estos hechos en concreto se sabe menos. Me parece una novela dura, breve e intensa, no recomendable para quienes busquen una lectura ligera intrascendente. Si lo que he comentado os resulta atrayente, adelante con ella.
Mi valoración: 7/10