Una nueva edición de la Fira de la Candelera nos abre sus puertas en Molins de Rei y nos invita a disfrutar, de nuevo, de su plato estrella: la Coradella.
La Fira de la Candelera
Dentro del calendario festivo anual la celebración de La Candelera es toda una tradición en diferentes lugares del mundo. ¿A quién no le suena la marmota Phil y la población de Punxsutawney (PA) que popularizó Hollywood?
La verdad es que no nos vamos a ir tan lejos para hablar de ella, solamente a unos pocos kilómetros de Barcelona -más o menos a 15-, para descubrir una de las festividades más populares del municipio de Molins de Rei, en el Baix Llobregat.
Logo de la 168º Fira de la Candelera
Molins de Rei
Como nos explican en la propia web del Ajuntament, la aparición del municipio como tal se documenta en 1188, cuando Alfons II mandó construir unos molinos en la zona. Aunque, no obstante, hay evidencias arqueológicas de la existencia de poblaciones anteriores en la zona, desde la época paleolítica.
En el año 1269, Jaume I le concede autorización para celebrar un mercado, los jueves de cada semana. Algo que influyó directamente en el desarrollo de la actividad comercial de la localidad.
A mediados del siglo XV se convirtió en baronía, y fue el momento en que se construyó un palacio donde la familia Requesens (familia noble que recibió la población de manos del rey), se instaló a vivir allí durante un tiempo.
Es entonces cuando el barón empezó a ceder a los habitantes competencias para la explotación de diferentes establecimientos comerciales (como la carnicería), y el alquiler de los molinos.
Con la llegada del siglo XVIII y la construcción del desaparecido Pont de Carles III, Molins de Rei se convierte en parada obligada para las gentes que se desplazan entre Madrid y Barcelona, y en centro neurálgico de los pueblos de la comarca.
Si juntamos el ambiente rural (carácter que el municipio mantiene hasta bien entrado el siglo XX), su espíritu comercial, una incipiente industrialización y su extraordinaria ubicación, podemos deducir perfectamente el porqué de la importancia de una fiesta tan arraigada, como es la Fira de la Candelera.
Mercado municipal de Molins de Rei (edificio de Joan Gomà i Cuevas, construído en 1935). El origen del mercado se documenta en 1269, cuando Jaume I les concedió autorización para celebrar mercado públicos, los jueves de cada semana
La tradición de la Candelera
Como ya explicamos hace un tiempo en el blog de Gabinete de Protocolo, “para entender el origen de muchas fiestas populares tenemos que echar la vista atrás, y retroceder unos cuantos siglos atrás para buscar el porqué de su existencia.”
Como tantas otras festividades tradicionales del calendario, la Candelera tiene un origen pagano con una fuerte influencia del calendario agrícola. El 2 de febrero, día de la Candelera, se encuentra en el punto medio exacto entre el inicio y el fin del solsticio de invierno. Las horas de sol aumentan, los animales empiezan a salir de sus refugios invernales y se empiezan a ver las primeras cigüeñas, factores especialmente indicativos de la posible llegada del buen tiempo, que permitirá determinar cuándo se podrán empezar a cultivar los campos de nuevo.
En resumen, todo un punto de inflexión para las gentes del campo, y para las poblaciones en general cuya principal actividad giraba en torno a los trabajos agrícolas, como es el caso de Molins de Rei.
La Candelera en Molins de Rei
La Fira de la Candelera de Molins de Rei se celebra cada primer sábado y domingo del mes de febrero. Tiene el honor de ser la feria de su ámbito más consolidada en Cataluña y, desde su instauración, se ha venido celebrando, año tras año, de manera seguida y sin interrupciones.
Data de 1852, cuando la instituyó la reina Isabel II en respuesta a una petición del propio pueblo. Y, aunque inicialmente fue una feria eminentemente agrícola, con el paso de los años se ha ido ampliando a otros ámbitos, lo que la ha convertido en un encuentro multisectorial, cuya popularización ha hecho que supere su origen económico y comercial inicial, e incluya actividades de carácter lúdico, cultural y gastronómico.
Presentación de las novedades gastronómicas 2019, en la Sala Gótica de Molins de Rei, edificio que formaba parte del castillo de la población.
Actualmente la feria se estructura en cuatro ámbitos diferentes. La Candelera Natura, dedicada a la venta de planteles, árboles frutales y jardinería, así como a la muestra de maquinaría agrícola y animales de granja. La Candelera Empresa, centrada en el ámbito de los intercambios comerciales y espai empresa. La Candelera Cultura, que gira en torno a la artesanía, el arte, la música y el teatro). La Candelera Ciutat, cuya oferta incluye actividades organizadas por entidades locales. Y la Candelera Gastronomía que, como su nombre indica, se centra en la promoción de la oferta gastronómica del municipio, basa principalmente en su plato estrella: la Coradella.
Según reconocen lo/as propio/as “molinencs” y “molinenques”, la Fira de la Candelera es una feria que engancha, ya que cuando la visitas por primera vez siempre sueles repetir. Y mucha “culpa” de ello la tiene el esfuerzo que, año tras año, se realiza por innovarla y actualizarla. Un auténtico espectáculo al aire libre, que llena la ciudad de actividades, productos y visitantes, a lo largo de los tres días de duración.
Elaboración de un dumpling de Coradella por Marc Morro, del restaurant El Taller. Foto: Expo Gestió
La Candelera Gastronomía
Tal y como manda la tradición, cualquier feria, reunión o exposición tiene que acabar alrededor de una buena mesa. Y qué mejor manera de hacerlo que elaborando uno de los platos más tradicionales del propio lugar, que en el caso de Molins de Rei es la Coradella.
La Coradella, “esmorzar de traginers”
Aunque no se sabe el origen exacto de este plato, lo que está claro es que su preparación y consumo en Molins de Rei está directamente relacionado con la tradición que tiene el municipio -como histórica zona de paso de viajantes- en “els esmorzars de forquilla”, a base de menudos y estofados.
El plato es una verdadera “bomba gastronómica”. Elaborado con vegetales y entrañas de cordero (léase hígado, pulmón, sangre…), en 2018 ganó el concurso “El plat favorit dels Catalans”, lo que lo elevó a los primeros puestos de los “platos estrella” tradicionales de la gastronomía catalana.
De ahí que no solo se haya convertido en todo un fenómeno gastronómico, sino que la mayoría de los restauradores del municipio hayan apostado por introducirlo en sus cartas, y hayan empezado a innovar con él.
Como nos reconocen, la Coradella no es un plato fácil para los gustos y los paladares actuales, pero es el plato de Molins de Rei.
Recetario con diferentes propuestas de restauradores del municipio para cocinar y disfrutar el plato típico de la población
Además de que la mayoría de los restauradores del municipio han apostado por introducirlo en sus cartas, se ha elaborado una versión en embutido (tipo butifarra), que ya se puede comprar en las charcuterías de más de sesenta poblaciones diferentes. De esta manera se ha conseguido que Molins de Rei tenga plato típico y también producto típico, especialmente representativo durante los actos de la Candelera Gastronomía.
Siguiendo con esta política innovadora, este año se ha publicado un recetario exclusivo, que lleva por título “Coradella és Candelera!”, en el que se presentan hasta 23 propuestas diferentes para enseñar a cocinar la Coradella, e introducirla por la puerta grande en las cocinas de los domicilios particulares.
Fira de Vins i Caves
Y no podemos finalizar este recopilatorio sobre el qué y el cómo de la Fira de la Candelera de Molins de Rei sin mencionar la feria de vinos y cavas que también se celebra coincidiendo con el evento, y que tiene el honor de ser la más antigua de Cataluña.
Como ocurre cada año, a la variada lista de bodegas que acuden a presentar sus productos desde diferentes lugares del territorio, se les suman las procedentes de una Denominación de Origen invitada. En esta ocasión es la DO Costers del Segre.
La Coca de la Candelera
¡Y por cierto! Atención fans número uno de la coca catalana por antonomasia, como es la “la coca de forner”. Si decidís ir a disfrutar de la feria, no dejéis pasar el oportunidad de degustar una versión propia de la Candelera, donde cada uno de los ingredientes usados en su preparación lleva un mensaje particular con relación al evento.
“Els llardons” (chicharones) homenajean a los productos de los tradicionales “esmorzars de traginers”.
El aceite representa el producto mediterráneo por excelencia presente en la feria.
Las avellanas dejan constancia del origen campesino de la feria.
El azúcar certifica a la coca como un producto de pastelería.
Y, por último, el anís le suma la alegría de la fiesta.
En resumen, se puede afirmar sin temor a equivocarse que la Fira de la Candelera ya se convertido en una marca de Molins de Rei, que une tanto tradición e innovación, como pasado y futuro.
¡A disfrutar de la fiesta!
Para saber más:
Fira de la Candelera | Molins de Rei
Consulta el programa