(Fuente: Panoramio)
Viviendo uno de sus peores momentos en la historia, cuando la citan como la segunda o tercera ciudad más violenta del mundo, o peor, la capital más violenta del mundo, sería bueno regalarnos una hoja en blanco, imaginarnos la ciudad que quisiéramos, la ciudad en la que los que no están volverían o los que se fueron y no pueden volver, imaginarlos deambulándola como tantos anónimos que se acompañan en esta ciudad.(Fuente: http://blog.dashburst.com/)
Imaginad, vuestra mente es libre y no hay límites para la creación por muy incoherente o imposible que parezca.Obviamente lo primero que veríamos en esta ciudad es una seguridad constante, atenta, seria, diligente y responsable. Ante una alcabala, esperaríamos el rostro amable del funcionario saludando a la persona: “Ciudadano, buen día, una parada de control, ¿está todo bien? ¿Necesita algo?”. Con la consecuente respuesta del ciudadano: “Buen día, está todo bien, gracias por su gentileza”.(Fuente: obeliscochacao.blogspot.com/)
El que viene del aeropuerto, al ver el usual recorrido de ranchos en el cerro, recibe la aclaración que aunque siguen viviendo muchos ahí, los que quisieron salieron con un plan de desarrollo y los que se quedaron recibieron el apoyo para hacer de sus ranchos, viviendas dignas. De hecho una de las primeras paradas turísticas es un tour que comienza en la entrada de Caracas y culmina en Catia. Al mismo tiempo le señalan al visitante, por acá usted llega al Hospital Militar Carlos Acevedo, el cual es el primero de Latinoamérica en tratamiento del cáncer, ahora la gente en lugar de ir a las clínicas va a hospitales como este.Una nueva vía y la Cota Mil finalmente puede tomarse desde la entrada de Caracas, el conductor señala que por acá se mudaron mucha gente con plata, La Pastora y sus alrededores manteniendo su espíritu original, ahora es una zona segura con construcciones modernas y servicios de primer nivel, dicen que a los ricos les parece que La Lagunita es muy lejos. La Candelaria es uno de los centros gastronómicos más importantes de Suramérica y sólo le compite la Zona M, donde fuera la urbanización Las Mercedes, la cual fue cerrada como un área de bulevares en los que hay tiendas de todo tipo y especialmente restaurantes que fueron clásicos de la Caracas de los últimos 100 años.
El teleférico, en manos de quienes lo llevan como una tacita de cristal, forma parte de la operación del Hotel Humboldt, el cual incluye un paquete de full day para amanecer y desayunar en las instalaciones del hotel en La Guaira, almorzar en el hotel arriba y cenar en el restaurante de las instalaciones de Caracas donde también hay habitaciones. El teleférico es 24 horas y sólo se detiene por mal tiempo.
Venezuela había dejado de ser el país con la gasolina más barata del mundo. La gran mayoría de los caraqueños utilizaban las 7 líneas del metro: la 1 Propatria-Palo Verde, la 2 El Silencio-Caricuao, la 3 Plaza Venezuela-La Rinconada, la 4 Capuchinos-Zona Rental, la 5 Zona Rental-El Ávila, la 6 Altamira-Macaracuay vía El Cafetal y la 7 Chacao-USB vía La Trinidad y El Hatillo. Además el servicio tenía conexiones con los metros de las ciudades cercanas como Guarenas-Guatire, San Antonio de los Altos y próximamente La Guaira como servicio de transporte del aeropuerto.
El Hilton volvió a Caracas y con él la gran mayoría de las principales cadenas hoteleras del mundo. El Sheraton servía al segundo aeropuerto de Caracas, el que está en la vía a Higuerote. La resonancia de Caracas logró que en ella se realizara, alternándose con Bogotá, un Master 1000 de la ATP. Las Grandes Ligas llevaban 5 años abriendo su campaña en el Nuevo Universitario en el Gran Parque del Este donde ahora también juega la Vinotinto cuando lo hace en la capital.
Creerán que lo anterior es mucho pedir pero lo que viene es para las lágrimas de Dios, los motorizados andan en el medio del canal y en general los caraqueños mejoraron su manera de conducir por el sistema de puntos de las licencias. Idea que se aplicó en todo el país.
El Festival Internacional de Teatro de Caracas es tan pomposo con el de Buenos Aires, el circuito de museos de la ciudad es de los más recomendados en Latinoamérica, porque siempre fueron buenos pero además porque hay seguridad para visitarlos.
Es raro que los turistas que van a Los Roques, Margarita, Canaima, los Andes, Choroní y cualquier paisaje de este país, no dejen de pasar unos días por Caracas. Hay una leyenda urbana que Bono, el cantante de U2, tiene un apartamento en los remozados edificios de El Silencio. Los hermanos Gallagher de Oasis se tienen un pleito por un PH en la Avenida San Martín y un town house en la subida a la Colonia Tovar. Hay quien asegura que en Petare, habiéndose convertido un gran barrio colonial, tenían casa los de Red Hot Chili Peppers.
Una locura, un sueño, un imposible, es la Caracas que mandaron a guardar y que probablemente nunca veremos. La Caracas que la cuarta y la quinta enterraron a placer para convertirla en la sede oficial de la cajita chica de los corruptos latinoamericanos, la sucursal del choreo y la corrupción magistral, la capital del país que nos robaron y que aún discutimos sí lo volveremos a ver.
Dios quiera que esa ciudad, la que me invento en estas letras, la que algunos estarán de acuerdo y a otros les parecerá una aberración, tenga al menos el dejo de seguridad, atención y buen servicio que requerimos y anhelamos de sus funcionarios y servidores públicos. Hasta la próxima…