Lo de investigar las cuentas de la Casa de SM el Rey, aquí hay dos cosas. Primera, los sinvergüenzas que promueven la iniciativa, miembros destacados del cruce de favores, el mercadeo persa de las cuentas públicas y la desastrosa gestión de las cajas de ahorro. Segunda: la respuesta de los capas doradas de Desembarco del Rey -PP, PSOE. CiU-, paladines de la eutaxia del sistema.
Es muy jugoso para quienes se aburren, pedir que se investiguen las cuentas del Rey. Lo ideal es que surgiera de palacio la iniciativa de hacer públicas sus cuentas. Su Majestad podría poner carita perruna -la misma que puso al pedir perdón- y dejar que cuatro técnicos jubilados de Hacienda auditen sus cuentas en sus ratos libres. Pero no. Se ha decidido marcar ahí una línea roja a la tan manida transparencia de la que hace gala el gobierno de Rajoy. Afortunadamente es muy poco dinero y apenas llama la atención. El caso es que por muy poco dinero que sea, limitar la transparencia de las cuentas no veo en qué ayuda a nadie. Es más, lo único que se consigue es dar pie a fábulas conspirativas. No entiendo cómo la Casa de Su Majestad no accede voluntariamente a esta petición. Todos los gastos extraños y sospechosos los podrían financiar con la parte de ingresos privados que tienen, esos que no se han pedido investigar. Por lo tanto, podrían hacer públicas unas cuentas impecables. Y ganar puntos, ahora que todo el mundo odia con fuerza a la Casa Real, no les vendría mal.
La respuesta de la Mesa del Congreso a la petición de los extremistas exaltados, ha sido también de vergüenza ajena. Dice la señora que grita a su chofer que «va en contra de la propia Constitución». Veamos qué dice la Constitución:
El Rey recibe de los Presupuestos del Estado una cantidad global para el sostenimiento de su familia y Casa, y distribuye libremente la misma.
Si en la petición de investigación no se dice nada sobre controlar o alterar el presupuesto de la Casa de SM, no veo en qué sentido se puede decir que va contra la Constitución. Hacer públicos los gastos, no es lo mismo que controlarlos.
Y de todas formas, insistamos que se trata de una cantidad bastante pequeña, como mucho, descubriríamos una inclinación a aficiones raras: discos antiguos de Paloma San Basilio, piezas de moto de coleccionista, huevos de dodo,...
Antes de que se me olvide, un apunte rápido: qué curioso lo de CiU. En su tierra y su televisión, se cagan todo lo que quieren en los Borbones, pero a la hora de la verdad, son los primeros portaestandartes en guardar y proteger a la Casa Real.