No cabe la menor duda, que la cantautora inglesa, Adele, a sus 23 años, es una de las voces más hermosas del mundo, además de ser una mujer preciosa, que con su tipo, un poco rellenito, demuestra que la belleza, no está en esas modelos, que parecen pescadillas escuálidas y que en su vida se han comido un potaje de garbanzos, no sea que uno de estos, se le indigeste y parezca que tiene barriga.
Adele, decidió cantar al desamor, en sus canciones, como si nos contara su biografía, tanto ha sido su éxito, que arrasó en los Grammys “t’os p’aella”,se llevó seis, y como ha ganado mucho, pero que mucho dinerito, decidió dejar, el humilde piso en que vivía, encima de una tienda de segunda mano, con su madre, en un barrio obrero al sur de Londres y como ahora tiene mucho dinerito, se ha gastado ni más ni menos, que la friolera de 8 millones de euros, en una mansión en Suxxes, Reino Unido, para irse a vivir ella solita y poder estar cerca de, Eton, donde vive su actual amor Simón Konecki, ya que en tan solo media hora, pueden estar el uno al lado del otro.
La nueva casita de Adele, que fue construida a finales del siglo XIX, por la aristocrática familia Harvey, consta de 10 dormitorios, salones variados, baños de mármol, una inmensa cocina, sala de baile, aposentos para el servicio, piscina cubierta, piscina descubierta, pistas de tenis, dos casas refugios de ambientes distintos, para cuando quiera relajarse, después de haberse perdido por su inmensa mansión, además de una frondoso bosque y cuidados jardines, todo ello en una extensión de 23 hectáreas, vamos que en ella se hace realidad aquello de “cómprate un bosque y piérdete”, ella comenta que le sobran nueve dormitorios, pues de momento va a ser la única ocupante de la “chocita”, aunque yo le aconsejaría no lo dijera muy alto, porque en un plis plas, se le presenta una banda de okupas y adiós a la soledad.
A ver que dice ahora, de ella, ese bacalao escuálido, con gafas de sol, llamado Karl Lagerfeld, que osó llamar a Adele gorda, aunque luego se disculpó, diciendo que era un gran admirador suyo, además, de decir, que es muy guapa, pero se la ha visto el plumero, ya que para él, el ideal de mujer, son esas raspas de pescado anémicas, que protagonizan sus desfiles de Chanel, y que más que dar el paseíllo por la pasarela ,dan lástima, ya que parece que se van a desmayar de un momento a otro, y parece ser que él, se olvida, que antes de tener ese aspecto de bacalao escuálido era más ancho que alto.
En fin que diga lo que diga, el bacalao escuálido, prefiero una Adele a mil sardinas anémicas por muy modelos que sean.
publicado el 22 enero a las 02:30
soy recotra refamatico de la mami de adele