Revista Cultura y Ocio

La catadora, de Rosella Postorino

Publicado el 22 marzo 2022 por Laura Coll Rigo

Que me gustan las historias en torno a la Segunda Guerra Mundial creo que es algo que saben todos los que siguen este blog. Dejaría por aquí un listado de todo lo que he leído sobre el tema, pero daría para una entrada entera que eclipsaría esta, cosa que tampoco es mi intención. Pese a ello, por inesperado que sea, no cogí este libro por su ambientación, sino por centrarse en una catadora que se enfrenta diariamente a la muerte. En esta ocasión me resultaba indiferente que fuera la catadora de Hitler o de Napoleón, lo que yo quería era saber más del oficio y de los conflictos internos que puede generarle a alguien encontrarse en una situación de tal envergadura. Por desgracia, no ha terminado de ser todo lo que esperaba. 

La catadora, de Rosella PostorinoTítulo: La catadora
Autores: Rosella Postorino
Nº de páginas: 346
ISBN: 9788426406552
Año: 2018
Traducción: Ana Cuirans Ferrándiz
Encuadernación: Tapa dura

 Sinopsis:
Imaginen por un momento una mesa bien dispuesta, con platos de loza blanca llenos de comida exquisita. Imaginen unas judías verdes condimentadas con mantequilla fundida, el olor embriagador de unos pimientos asados y la textura de un Strudel de manzana y de un pan recién horneados. Al levantar la vista encontrarán a diez mujeres jóvenes y famélicas a punto de empezar a comer. Estamos en el cuartel general de Hitler y corre el año 1943; la guerra causa estragos, pero ellas están aquí y tienen hambre. Lo que pueda pasar después poco importa...
«¡Comed!», ordenan los soldados de la SS: ellas son las catadoras de la comida del Führer y tendrán que aguardar una hora hasta que los guardias descarten que las viandas puedan estar envenenadas. En el ambiente turbio de este banquete perverso, que siempre puede ser el último, las jóvenes y los militares que gobiernan el cuartel trenzan alianzas insólitas, pero ¿acaso hay algo insólito cuando vivimos al límite?

Opinión:
Hay dos motivos por los cuales puede no gustarme un libro: porque está objetivamente mal o porque no es un libro para mí. En este caso, me inclino por esto último. La novela no es mala. Si bajáis a la puntuación, veréis que tampoco no le he puesto mala nota, pero es que tampoco ha sido lo que esperaba.

La catadora, de Rosella PostorinoYa sabéis que yo soy una persona de tramas y, en esta ocasión, no la hay. Puede que me digáis "Laura, qué te esperabas de un libro que va sobre el día a día de una mujer que come hasta el día en que se envenena y muere", tenéis razón, no es una trama muy prometedora, pero menos da una piedra. Algo se podría haber hecho. Estaba preparada para una novela de personajes (en parte es lo que buscaba), pero no para una novela carente de trama y drama.

La obra gira en torno a Rosa, una joven que junto a sus suegros espera el regreso de su marido, que está en el ejército alemán. De la noche a la mañana, es escogida, junto a otras diez muchachas, para convertirse en catadora de la comida de Hitler. El libro nos muestra su día a día, su miedo a la muerte, el duelo por su marido, de quien no tiene noticias, su incipiente amistad con las demás muchachas y la relación carnal que establece con uno de los soldados, así como la culpa por ello. Puede que no haya excesivo drama, pues los personajes no padecen muchas penalidades (no las agreden física ni verbalmente y tienen recursos para alimentarse y sobrevivir), pero tampoco es la novela de "El pianista", donde la ausencia de drama choca, puesto que al ser el pueblo que estaba junto a la base de operaciones de Hitler, me parece lógico que no tuvieran escasez.

Para mí que la trama tiene potencial, no tanto para dar lugar a una novela de acción trepidante como para convertirse en una novela introspectiva que hable de la naturaleza humana. Y en parte lo hace. La novela tiene varias reflexiones interesantes, pero no se desarrollan. Por otra parte, el tono intimista permite que conozcamos con mucha profundidad a Rosa, sus preocupaciones y sus miedos, así como la forma en que sobrelleva la desaparición de su marido. La parte del duelo es la que más me ha gustado, pues Gregor es un personaje más de la novela, pese a no aparecer en ninguna escena, pues lo recuerdan constantemente y eso le da vida. Es muy interesante ver la actitud tanto de Rosa como la de sus suegros respecto a la desaparición de su hijo. 

La catadora, de Rosella PostorinoEl segundo tema que me ha parecido bien tratado es la relación amorosa que se establece entre Rosa y un sargento. No hay amor entre ellos, solo la necesidad de no sentirse solo, de ser deseado. Es una relación turbulenta, tóxica, que roza el síndrome de Estocolmo, en la que únicamente hay atracción física. Es una relación conflictiva, pues saben que no quieren estar juntos (Rosa no olvida a Gregor), pero al mismo tiempo se buscan noche tras noche.

El problema es todo lo demás, que no se trata. Para empezar, aunque pensaba que la obra concedería gran importancia a la cocina, casi no se habla de ello. Eso de "tienen hambre" de la sinopsis es un cuento chino, pues en ningún momento las he visto pasar hambre de verdad. En segundo lugar el debate moral de ayudar a los nazis es secundario. En tercer lugar, y es lo que más me molesta, las otras diez catadoras están muy desdibujadas. Puedo recordar el nombre de cuatro, y solo se ahonda en dos de ellas. Teniendo en cuenta la relación tan estrecha que las une, esperaba conocerlas mucho más. Ojo, no quiero decir que deberían trabar amistad las unas con las otras, pero sí más interacciones, sobre todo si tenemos en cuenta la cantidad de tiempo que están juntas.

Así, la novela, aunque desarrolla bien el personaje de Rosa, se alarga innecesariamente y da vueltas constantemente sobre lo mismo. Y entonces, llegando al final, hay una elipsis temporal de cuarenta años que no me ha gustado nada, pues se salta una parte esencial: ¿y después de la guerra, qué? Las consecuencias de una guerra son tan importantes como la guerra en sí. Hubiera sido muy relevante explorar la psicología de Rosa tras ciertos acontecimientos, pero por desgracia, en lugar de hablar de ello, te lo cuentan de forma resumida. 

«Me fui pronto a la cama. Es la primavera, Joseph, me cansa. Flotaba en el duermevela; en cuanto cerraba los ojos, las voces enroscadas en el tímpano se desenrollaban, mi madre daba un puñetazo sobre el mantel, ¿quieres que te echen?, mi padre apartaba el plato y se levantaba de la mesa sin acabar de comer, no me afiliaré al Partido, hazte a la idea. Fuera, el campo enmudecido, y dentro de mi cabeza el sonido de una radio a altísimo volumen, la recepción era pésima, con muchas interferencias, o eran las ranas otra vez. Yo estaba despierta y suspiraba, las voces retumbaban en mi cabeza.»

Por último, me gustaría hablar de la narración, pues es bastante característica. La historia está bien escrita, con un lenguaje cuidado y narrada en primera persona en pasado. Para reforzar la introspección, abunda el uso del monólogo interior y el discurso indirecto libre. Especialmente cuando revive diálogos de un pasado anterior al de la historia, los integra en la narración sin verbos de dicción ni guiones, un estilo que me ha recordado mucho al de Mercè Rodoreda.

«Estaba tan aturdida por la noticia que mi organismo la había rechazado en vez de metabolizarla. Solo Elfriede me había dicho: Berlinesa, ¿qué te pasa? Nada, le respondí. Ella se puso seria, me tocó el hombro: Rosa, ¿pasa algo? Me alejé. El contacto de su mano había abatido el muro»

En conclusión, La catadora es una novela introspectiva de personajes que profundiza en Rosa, una mujer que vivía cada día al límite de la vida y la muerte. Tanto las relaciones tormentosas como el duelo están bien reflejados, pero la sororidad y el oficio de catadora solo se perfilan. La novela, aunque plantea interesantes reflexiones, se resarce una y otra vez en las mismas, sin avanzar. Los secundarios están muy poco desarrollados y el final resulta algo apresurado. Es una obra prometedora, distinta a otras sobre la Segunda Guerra Mundial, especialmente por el tono pausado e intimista, carente de drama.

Cosas que he aprendido:

  • Conocer más a fondo el entorno directo de Hitler

Para terminar, os dejo con mi avance en Goodreads

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PUNTUACIÓN...2'5/5!

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Primeras Líneas...

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