Revista España
La Catedral de Sevilla es visitable desde las alturas. Sus azoteas nos permiten admirar las distintas zonas que componen el mayor templo gótico del mundo.
Desde más de treinta metros de altura el visitante tiene la sensación de que la Giralda es una torre más cercana a la escala humana.
Un programa del Cabildo de la Catedral de Sevilla permite acceder hasta las cubiertas de la iglesia a través de una estrecha escalera de caracol situada junto al monumento de Colón.
Cuando la escalera de caracol termina, una pequeña puerta da acceso a las cubiertas en el primero de los tres niveles a los que se puede subir. Sobre el primer y segundo nivel se puede andar gracias a que los huecos de las bóvedas fueron rellenados con vasijas y tinajas de Triana hasta dejar casi plano el suelo.
Esto no ocurre en el último nivel del templo, que conserva los huecos y hace impracticable caminar por esa zona. Con ese sistema de tinajas, algunas de ellas visibles por el arreglo de los pilares, se evitaba el peso excesivo y se creaba una cámara de aire.
Además, en una de las cubiertas quedan restos de la traza maestra, que consiste en dibujos que el maestro constructor hacía sobre el suelo con las curvas, cortes y piezas necesarias. De ella los canteros sacaban las plantillas en madera para pasarlas a la piedra. (El Mundo)