Revista Ciencia

‘La caza de brujas’ de los dueños de mascotas

Por Morgan Alberto Sánchez @mascotafriends_

Últimamente me siento perseguido cual ladrón de bancos. Sólo por el hecho de tener un perro. De tener una mascota que necesita correr y expandirse. Y me siento perseguido porque en mi barrio están poniendo multas por llevar a los perros sueltos, incluso en zonas con poco tránsito de personas.

El problema

Resulta que hace cuestión de un mes y medio, en el barrio en el que vivo han instalado dos pipican muy chulos, son bonitos la verdad, pero poco funcionales para perros de tamaño mediano/grande. Los pipican no son muy extensos, con lo que los perros se dan dos carreras y ya está, se aburren de estar ahí dentro. Nunca ha coincidido mi perro con más de dos dentro del pipican, pero no me quiero imaginar a 5 ó 6 machos alfa dentro de esos cubículos, puede ser peligroso para los perros por posibles enfrentamientos entre ellos.

Esos pipican están siendo la excusa perfecta para hacer valer la normativa de tenencia de animales domésticos de la Comunidad de Madrid, donde dice que:

Los perros podrán estar sueltos en las zonas acotadas por el Ayuntamiento. En los parques y jardines sin esas zonas, y sin perjuicio del horario de cierre de cada uno de ellos, podrán estarlo entre las 19 y las 10 horas en el horario oficial de invierno, y entre las 20 y las 10 horas en el horario oficial de verano, quedando exceptuadas las zonas de recreo infantil y otras áreas en las que figure expresamente la prohibición de su acceso.

Así que, últimamente la policía está poniendo multas a dueños de mascotas por el mero hecho de llevarlas sueltas. Sin miramientos.

Causas del problema

Las normas son demasiado restrictivas. No están segmentadas por raza, ni por tamaño, ni por caracter del perro. La prueba psicotécnica para sacarse la licencia para tener perros potencialmente peligrosos (PPP) es ridícula, es más, es la misma que para sacarse el carnet de conducir.

No se hace un seguimiento a los dueños, ni a los perros. No se ofrecen cursos de la Comunidad de Madrid para aprender a convivir con una mascota. No se persigue a los maltratadores de animales ni a los dueños irresponsables de mascotas. Es más fácil tachar a alguien de irresponsable porque deja a su perro correr en un parque suelto.

Creo que los ayuntamientos y la Comunidad de Madrid están equivocados. O por lo menos, no muy acertados con la normativa que hay actualmente. Necesita una revisión exhaustiva y propuestas de normas indicadas por expertos en la materia. Instaurar el miedo en la sociedad por medio de normativas no está bien. Yo no tengo un león africano en casa, tengo un perro doméstico. Las normas parecen sugerir que yo tengo un perro peligroso, pero no es así. Ni el 99% de los perros que conozco en mi barrio son agresivos.

Son animales, que siempre han convivido con nosotros, que nunca han supuesto peligro para nadie, excepto casos muy aislados. Ahora, ¿por qué se les considera peligrosos desde el principio sin haber demostrado lo contrario?

Está claro que para los ayuntamientos es mucho más fácil instaurar el miedo que la responsabilidad en sus ciudadanos. También menos costoso, económicamente hablando. Para el ayuntamiento cuesta mucho menos poner multas a los dueños de animales de compañía antes que tener a varias personas controlando el censo de perros de su municipio y el comportamiento tanto de dueños como de animales.

Posibles soluciones

Quizás se podría tener un sistema de puntuaje de los perros, como los conductores de vehículos. Si el perro consume todos sus puntos, multa al dueño y la obligación de asistir a un curso orientado a aprender a ser un dueño responsable para recuperar un mínimo de puntos. Control exhaustivo del comportamiento del perro en el futuro y clasificación del dueño en un listado de personas no aptas para adoptar/comprar animales de compañía mientras no cambie.

Al igual que sugerimos con las playas, en los parques públicos debería haber zonas dog-friendly, en cualquiera de los parques. Los pipican están muy bien, pero que tengan una extensión mínima para que los perros puedan correr y puedan socializarse con otros perros.

Si un perro está en proceso de aprendizaje o adiestramiento, dejar que el adiestrador o dueño trabaje con él. Eso significa muchas veces llevar al perro suelto por zonas donde hay personas. La responsabilidad es siempre del dueño, pero si no se enseña a un perro a convivir con personas, nunca va a saber hacerlo. Estaría bien tener unas placas de Learning (L) para perros en proceso de adiestramiento o modificación de conducta. Y si alguien vé este distintivo, que no se acerque al perro para no interferir en el proceso.

Conclusiones

Creo que estamos pagando justos por pecadores. La mayoría de la gente educa a su perro para convivir en armonía con esta sociedad en la que vivimos hoy en día. Algunos pocos, son irresponsables con sus animales, con sus vecinos, con los ciudadanos de su municipio, con los demás perros,… Pero con los controles adecuados por parte de los Ayuntamientos, podríamos ser cada vez más los dueños responsables y los animales de compañía serían un plus a esta sociedad que los está apartando actualmente como si fueran criminales.

Son muchos los beneficios de una convivencia en armonía entre animales y personas. Todos somos responsables de que esto no sea así ahora mismo. Pero con normas restrictivas y la implantación del miedo en la sociedad no llegaremos nunca a nada.

 


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