'La charca del diablo', de George Sand

Esta imagen que tenéis a la izquierda es la de mi ejemplar de La charca del diablo de, como podéis ver en la cubierta, Jorge Sand. Sí, nada de George Sand o Amantine-Lucile-Aurore Dupin, su nombre real, sino Jorge, tal cual.  Pero no se queda ahí la cosa; no solo traducen al castellano el apodo de la autora sino los nombres de los personajes; así el protagonista, Germain, es Germán, Marie es Maruja, el pequeño Pierre es Pedrito,... Ya os hacéis una idea. Y es que la mía es una antiquísima edición ilustrada de José Yagües; se le perdonan estas licencias. Pero a decir verdad lo que en cualquier otro libro pudiera parecer ridículo aquí se camufla y acopla de maravilla con la historia. Ahora os cuento...
La historia es bien sencilla. Germain, atractivo y fuerte granjero viudo de 28 años, vive con sus suegros y sus tres hijos de corta edad ayudando a llevar la granja. Sus padres políticos le aconsejan casarse de nuevo y, a ser posible, con una mujer con dinero y propiedades para ayudar a la familia. Y le recomiendan a una moza que encaja perfectamente con sus deseos y necesidades. Germain, todavía de duelo por su difunta y querida esposa, decide de todos modos emprender el viaje para visitar a la joven. Antes de emprender el trayecto, sin embrago, se entera de que la joven, virtuosa y bonita Marie, que vive con su madre en una humilde cabaña vecina, ha encontrado trabajo como sirviente en una casa cercana al pueblo a donde él se dirige, así que emprenden el viaje juntos. Y solos. O eso piensan ellos, pues a poco de emprender el camino se encuentran con el pequeño Pierre, el menor de los hijos de Germain, que se ha escapado de casa para acompañar a su padre.  
Y os dejo aquí, con el trayecto apenas comenzado. Deberéis vosotros, lectores y lectoras, decidir si queréis acompañarles. Habrá que pasar la noche charlando o durmiendo a la intemperie al calor de una fogata junto a la charca del diablo, lugar del que dicen atemoriza y desorienta a los que por allí pasan; seréis testigos del no del todo afortunado encuentro de Germain con su joven pretendida y de hacia dónde se dirigen los afectos de este, y del mal inicio de Marie en su nuevo trabajo.
La charca del diablo es una nouvelle, cortita historia por tanto, que nos traslada a la bucólica atmósfera que para el lector ha creado George Sand, con recuerdos de su infancia en la campiña francesa. Sus descripciones del paisaje, de las faenas del campo, la presentación de unos personajes llenos de inocencia, bondad y corazón puro nos llevan de la mano por esa utopía rural que no solo no existe ya  sino que nunca ha existido. Tan solo existía en 1843, fecha de publicación de La charca del diablo, en la imaginación de la autora, y ahora en la de los lectores que nos  dejamos atrapar, y con sumo gusto, por ese imaginario locus amoenus de los clásicos.   La última parte, con la detallada descripción de la boda (porque hay boda, sí señores) y de los ritos que siguen- casi un pequeño estudio antropológico- resulta muy curiosa e interesante.    ¡Gracias por compartir!