La chispa de la vida (2011)

El titulo de la película de Alex de la Iglesia es demasiado lindo para lo abrumadoramente absurda que termina siendo. Absurda,  pero real, porque eso si tiene este film, es tan extremo que (a mí) se me parece mucho a la vida en algunos ambientes: completos circos, llenos de  maldades, con  actitudes y acciones fuera de orden.
Luego de ver Crimen Ferpecto (2004),  había olvidado que Alex de La Iglesia filma como filma, y gracias a Dios, porque la confusión que te genera el modo en que mezcla los géneros (no sabes si reír o llorar) ayuda a que sea mucho más sorpresiva y efectiva la conmoción que te causa.
Roberto esta en paro, tiene deudas, muchas deudas y una hermosa esposa Luisa (Salma Hayek), una mañana sale a buscar empleo y  termina enredado en un cuento absurdo, improbable,  de caricatura, a partir de allí lo que  viene a continuación no es ni previsible ni lugar común.
¿Quién tiene la culpa de que la televisión comercie con el sufrimiento ajeno? ¿Los que la hacen o los que la miran? ¿Quién tiene la culpa del “paro” -como lo llaman en España-, el sistema o los que somos parte del sistema? No sé,  lo cierto es que en la cinta –y en la vida-  “cualquier persona es capaz de cualquier cosa” y el film viene a mostrarnos una forma de maldad encubierta: la falsa piedad al prójimo, el morbo colectivo.
Con personajes caricaturescos, tanto como reales, porque lo que más mueve de esta película es que tras la comedia se esconden retazos de verdad, humanidad y alma humana, de la Iglesia prueba una vez mas que para filmar, pintar, componer o escribir, lo más importante es ser uno mismo.
Calificación: 10/10