Revista Coaching

La cinética de tus decisiones (1)

Por Luis Siñol Bujons
En este post describimos, a grandes rasgos, el circuito neuronal que influye en nuestros sentimientos. Cierto tipo de estímulos como el miedo, la rabia, la alegría, nos provocan reacciones inconscientes anteriores a la percepción real de lo ocurrido. Aplicando la teoría cinética (fórmula de la velocidad), extraemos  conclusiones que sorprenden.Empezamos pops: imaginaros  que estamos viendo una película en 3D. La pantalla es envolvente, las gafas que nos hemos puesto, por fin, funcionan perfectamente; estamos comiendo palomitas, bebiendo té con limón, y viendo la peli. De repente, por el lado derecho de la pantalla, un tigre bengalí asoma detrás de la frondosidad, da un salto fugaz y zas!!!!!......lo vemos volar por encima nuestro. La palomitas saltan!!!, algo de  té ya está en nuestras piernas, nos da un vuelco el corazón y todos nuestros músculos se contraen. Pero no ha transcurrido ni un segundo, y el susto ha pasado; nos relajamos y nos encontramos, de nuevo, viendo la película y pensando “¿qué ha pasado con esto del 3D?”…..aqui no hay durezas ni tenacidades que valgan…¿Qué ha ocurrido en nuestro cerebro? . Os lo resumo esquemáticamente.La cinética de tus decisiones (1)La información que nuestros sentidos captan del entorno es dirigida al Tálamo y de ahí, a la Amígdala . La Amígdala es una pequeña agrupación de Neuronas con forma de almendra, que se encuentra en la profundidad del Lóbulo Temporal del cerebro. Esta estructura juega un papel fundamental en el procesamiento de emociones como el miedo. Antes incluso de que seamos conscientes de que hemos visto un león, esa información visual ya ha llegado a la Amígdala y ha detectado el peligro. En ese momento se disparan las señales de alarma. Estas señales que parten de la Amígdala alcanzan otras estructuras como el Hipotálamo y algunas estructuras del Troncoencéfalo como la Sustancia Gris Periacuductal que se encargan de liberar hormonas y neurotransmisores que preparan nuestro cuerpo para hacer frente al peligro, es decir, para luchar o huir: los sentidos se ponen en alerta, se acelera el pulso y la respiración, los bronquios se dilatan, se tensan los músculos, se dilatan las pupilas y una sensación de miedo nos invade. Es como un “Sistema de Detección de Incendios” que ya está preparado para que salten todas las alarmas.
Pero, nos preguntamos: ¿cómo sabemos si se trata de una “alarma real”, un “conato”, una “avería”, o una “falsa alarma”?.
Ahí está nuestro sistema regulador pensante: cuando la señal visual llegó al tálamo, éste, al mismo tiempo que envió señales a la Amígdala, lo hizo a la Corteza Prefrontal Medial quien las ha analizado y procesado, actuando como un interface. La Corteza Prefrontal Medial valora cosas del tipo “¿he visto un león o me lo ha parecido?“, “¿es un león de verdad o es un león en una pantalla de cine en 3D?“, “¿los  leones  son  peligrosos?“, “¿qué  intenciones  tiene  el  león?“,  “¿es probable encontrarse con un león en un cine?“.
En función de toda esta información contextual, en cuya obtención intervienen otras estructuras como el Hipocampo, la Corteza Visual o la Corteza Cingulada Anterior, la Corteza Prefrontal Medial manda señales a la Amigdala con el mensaje: “Si, es un león. Peligro de Muerte Inminente. Hay que correr (no parece que luchar contra el león sea lo más inteligente)”, o bien “Falsa alarma. No pasa nada. Solo es una película en 3D. Todo esto ocurre tan rápido que es probable que solo podamos pensar en lo que ha ocurrido una vez que la situación amenazante ya ha pasado.
Vemos, pues, que existe una especie de doble vía desde que recibimos un input externo y, además, dos velocidades distintas.
La cinética de tus decisiones (1) En cinética, la fórmula de la velocidad es :   velocidad = espacio /tiempoSea la Vía 1 aquella que parte del Tálamo y actúa, directamente, sobre la Amígdala y nuestros estados emocionales; aplicando la fórmula de la velocidad :        
         v1 = espacio1 / tiempo1   y, despejando :   tiempo1 = espacio1 / velocidad1
Y ahora llamamos Vía 2 a aquella que parte del Tálamo, pasa por la Corteza Prefrontal, la Amígdala, y le dice a nuestro sistema nervioso central cómo actuar fisiológicamente (sea alarma, avería o falsa alarma).
     
          v2 = espacio2 / tiempo2   y, despejando :   tiempo2 = espacio2 / velocidad2
¿Cómo podemos actuar sobre las emociones y conseguir que éstas que sean menos impactantes y más racionales?. Podemos hacerlo variando los tiempos t1 y t2. Por otra parte, el espacio2 es mayor que el espacio1 (la distancia tálamo-corteza-amígdala es mayor). Por tanto, la única forma existente para variar estos tiempos es variando las velocidades v1 o v2.
Y voy más allá : aceptando que v1 es una variable generalmente fija para todos nosotros, la forma en la que podemos influir en el resultado final de nuestras emociones es actuando sobre v2.Y llamando a v1 “Velocidad emocional” y a v2 “Velocidad racional”, os emplazo a pensar en  dureza, tenacidad, enfados  y  reflexiones.

No siempre hay que decir lo que pensamos, pero siempre hay que pensar lo que vamos a decir.

Hasta pronto, Pops!!.El comportamiento humano y las leyes de la fisica

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