Dos niños están en el hospital, acostados en sus camas esperando afuera del salón de operaciones. Uno de los chicos le pregunta al otro: ¿Por qué estás aquí?
El otro niño le responde:
– “Me van a operar de las amígdalas… y estoy un poco asustado”.
– “Ah, eso no es nada”, dice el primer niño. No tienes por qué preocuparte. A mí me hicieron eso cuando tenía cuatro años. Ellos te ponen a dormir, y cuando te despiertas te dan un motón de gelatina y helado. Algo bien sencillo.
– Bueno, ¿y a ti que te van a hacer? Pregunta el segundo niño.
– “La circuncisión”, responde el primer niño.
– “Buena suerte con eso socio”, dijo el segundo niño. A mí me la hicieron cuando nací y estuve un año sin poder caminar.