Esto se debe a que las personas no son referidas a tiempo al
neurocirujano o tienen miedo de operarse. Entre el 50 % y el 80 % de las
personas que se someten a esta cirugía pueden curarse. Sin embargo, la gente
tiene miedo de que tras la operación queden afectados de alguna manera. Uno de
los graves problemas que enfrenta en esta enfermedad es la falta de diagnóstico,
pues debido a ello muchas de las personas con epilepsia activa no se tratan, especialmente
porque la gente no tiene recursos para acudir a un experto y además, quienes
sufren de este padecimiento suelen ser estigmatizados. Los pacientes con crisis
recurrentes son los candidatos ideales para la cirugía de
epilepsia. Esta cirugía, consiste en desconectar o remover una masa crítica
suficiente del circuito epileptogénico del cerebro que es el responsable de la
crisis. La recuperación tarda una o dos semanas y luego de ello puede curarse o
reducir en gran medida el número de crisis. Existe un importante riesgo de
muerte si se tienen crisis muy seguidas, además de que las lesiones que se producen
pueden ser de gravedad, aunado a ello, existe un riesgo de muerte súbita e
inesperada o de perder la vida por asfixia o arritmias.