Le Corbusier dijo en una ocasión que “la ciudad se está desmoronando, no puede durar mucho más”, una afirmación osada pero que ayuda a entender los cambios que ésta ha sufrido en las últimas décadas. Y aunque el sueño de muchos arquitectos pasa por convertirla en una entidad independiente, compacta y sostenible, debemos tener en cuenta que, en su esencia, las urbes se componen de estructuras contradictorias y de diferencias estilísticas que reflejan las diversas procedencias de sus habitantes y los tiempos en los que vivieron.
De ahí que nuestra propuesta para la Exposición Expandida sea una sala virtual repleta de ciudades nacidas de otras ciudades gracias a cimientos tan atípicos como el collage, el video arte y cualquier disciplina que la desmorone y reconstruya sin prejuicios en una búsqueda de nuevas lecturas.
Lincoln Schatz no es la primera vez que genera nuevas realidades a través de la combinación de imágenes en movimiento, en algunos casos recurriendo a fórmulas aleatorias que garantizan que no haya dos visionados idénticos. En “My City”, narraba los cambios de la orilla del lago Michigan a lo largo de un año, siempre teniendo a Chicago por referencia y el histórico Hotel Blackstone como base, donde, gracias a una cámara panorámica y sofisticados patrones de grabación, obtuvo un mosaico paisajístico que más tarde pudo contemplarse en dos enormes pantallas ubicadas en la recepción del propio hotel. El resultado incide en el movimiento, el cambio y el sutil e inexorable paso del tiempo.
Mireia Feliu Fabra, “In-Quietud #2″
En nuestro país también contamos con ejemplos de idéntica pericia, como el segundo capítulo de la serie In-Quietudes de la artista catalana Mireia Feliu Fabra, que, en su exploración del nomadismo contemporáneo, realizó un paisaje-collage videográfico con las 24 horas de tres ciudades contrapuestas: Mali, Nueva York y Barcelona. El conjunto, exquisitamente integrado, se compone de imágenes grabadas en time lapse entre 2006 y 2009. Unidas, generan contrastes y reflexiones acerca de las fronteras y el diálogo entre las distintas realidades que las separan.
Siguiendo con el videoarte, destacamos el trabajo de Marco Brambilla, un auténtico maestro de la post-producción y el montaje. Sus narraciones se adentran en la física del universo y la esencia de la humanidad. En Cyclorama ofreció nueve panorámicas urbanas filmadas desde nueve restaurantes giratorios estadounidenses y las presentó en una carcasa cilíndrica que simulaba la arquitectura del local, generando una fiel sensación de paisaje en movimiento.
Serge Mendjisky, “Emerald Night”
La fotografía también ha conocido grandes ejemplos de mutación por medio del collage. Serge Mendjisky (París, 1929) decidió a comienzos de milenio dar un nuevo enfoque a su producción, recurriendo al divisionismo de paisajes urbanos y su recomposición en nuevas ciudades, nuevos volúmenes, distintas iluminaciones y otras formas de apreciar el color. Tal y como le dijo Pablo Picasso (Serge se crió en el entorno de la mítica Escuela de París), “el cubismo más preciso se lograría a través de la fotografía”.
Alex Lucas, “Untitled”
El artista estadounidense Alex Lukas, en lugar de desconstruir la ciudad reduciendo sus elementos a una mínima expresión, prefiere intervenirla a través de reconstrucciones, actuando sobre posters e imágenes de ciudades en una suerte de apocalíptico renacimiento. Urbes inundadas, invadidas por la vegetación o, simplemente, convertidas en territorios fantasmas en distintos niveles pictóricos.
eBoy
Otro método de cohesión de elementos dispares en una entidad urbana se haya en los trabajos del colectivo eBoy, millones de píxeles que se nutren de numerosas referencias pop y la importante industria del video juego. Sus interminables ciudades han aparecido en camisetas, campañas publicitarias y galerías de arte en una integración que aúna sentido artístico y comercialidad.