Revista Viajes

La ciudad abandonada de Bokor Hill Station, Camboya

Por Nosoloviajeros @nosoloviajeros

Bokor Hill Station, Camboya

La historia de Camboya es una de las más trágicas de la humanidad. Un país sumido por la barbarie y la guerra, por la ambición colonial, por la Guerra Fría, por el egoísmo. Durante el siglo XX, fue probablemente uno de los países que más tiempo pasó en guerra. Una guerra que mermó a generación y generación de camboyanos hasta el punto de sumirlos en la inmundicia. La ciudad de Bokor Hill Station es un reflejo de esa Camboya que vivió la barbarie más absoluta y, a la vez, más injustamente olvidada. Adentrémonos en una auténtica ciudad fantasma.

 

Un complejo vacacional francés:

Bokor Hill Station, en el sur del país, es una ciudad abandonada varias veces durante el siglo XX. La primera vez fue a raiz del conflicto para conseguir la independencia de Francia, en 1945, y la segunda durante la guerra civil que asoló al país en un largo periodo de guerra, entre los años setenta y ochenta. Bokor Hill Station es, ahora, una ciudad fantasma. La niebla es muy común a estas alturas y el viento aúlla a través de las grandes estancias de construcciones, como Bokor Palace, o los grandes bloques de pisos de una ciudad que un día significó lujo y bienestar.

Porque Bokor Hill Station fue concebida como un centro turístico para los colonos francesesque, hasta la Independencia de Camboya, eran los dueños del país. La construcción de la ciudad empezó a comienzos de los años veinte y hacia 1925 ya había concluido. Durante las obras, donde un millar de camboyanos perecieron, fueron casi titánicas, y levantaron un enorme complejo vacacional francés donde la joya de la corona era un gran casino y hotel, levantado en 1925, llamado Bokor Palace, que aún queda en pie. A parte del casino, algunos de los edificios relevantes aún se encuentran sobre sus cimientos, como una oficina de correos, una torre de agua, una iglesia y el caparazón de un modesto hotel.

Bokor Hill Station, Camboya

El hotel y casino Bokor Palace

Hoteles como el Palace y el Casino sirvieron a los colonos franceses como esparcimiento y como refugio del calor y de la miseria de la Camboya que prosperaba, penosamente, a su alrededor. También hubo apartamentos reales, que fueron visitados a menudo por la familia real de Camboya, títeres de la clase dominante francesa.

Pero en la década de los cuarenta estalló la Primera Guerra de Indochina, que duró hasta 1953 y se llevó a casi medio millón de almas. La guerra precipitó la Independencia del país y la retirada de los franceses. La ciudad, reflejo del lujo y de la opulencia de éstos, quedaba abandonada.

 

Una ciudad dos veces abandonada:

La ciudad fue utilizada por la inestable clase alta de Camboya, y durante los años cincuenta y sesenta vivió su apogeo. Bokor Hill Station. En 1972, cuando la guerra y el colonialismo ya terminaron hace mucho, los Jemeres Rojos, un grupo comunista camboyano, comenzaron una nueva guerra que obligó a abandonar la ciudad. Los vietnamitas intervinieron en 1978 invadiendo el país, y los Jemeres Rojos recuperaron Bokor Hill y la hicieron uno de sus centros de operaciones. Gobernaron de forma brutal y genocida, y su líder, Pol Pot, pasará a la historia como uno de los más sanguinarios que ha habido nunca. El régimen terrible de los Jemeres Rojos terminó en 1979, pero hasta la década de 1990, Bokor Hill seguía en poder de los comunistas, siendo el último gran bastión de éstos.  La ONU intervino para forzar un alto el fuego en 1991, y en 1993 fue restaurada la Monarquía, que dio paso a un régimen democrático.

Bokor Hill Station, Camboya

 

Un símbolo de los horrores del siglo XX:

Bokor Hill Station comenzó siendo un bastión del colonialismo más férreo y terminó como un bastión del comunismo más atroz. La ciudad es un gran símbolo de la historia reciente del país. Los edificios, casi destruidos, permanecen en pie. Los turistas han vuelto a interesarse por el lugar y el gobierno camboyano estudia la posibilidad de reconstruir la ciudad, aunque muchos opinan que deberían dejarla tal y como está, como recuerdo de una historia que no debería volver a repetirse.

Bokor Hill Station, Camboya


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