Muchos textos orientados a turistas utilizan este nombre, quizá demasiado poético para lo que realmente no es más que una red de túneles (RESO) que se superpone y entrecruza con la red de metro de la ciudad. Muchos turistas se dicen decepcionados por la visita (lo califican de “todo tiendas”) ya que es lo más parecido a lo que Koolhaas llama “Junkspace” o espacio basura. Este espacio basura, climatizado, sin ventanas y totalmente aislado del mundo exterior, en el que se pierde la noción del tiempo y la orientación es un espacio interior (el exterior importa poco, o nada) y casi un no-lugar dada su ausencia de referentes culturales: se materializa por ejemplo en el interior de los “malls” de medio mundo. Siguiendo esta idea, yo diría que la ciudad subterránea de Montreal es una concatenación de espacios basura interconectados.
No obstante, esta ciudad subterránea impresiona por sus dimensiones.
En primer lugar, por su dimensión en kilómetros: resulta posible cruzar el downtown de Montreal prácticamente en su totalidad andando bajo tierra, ya que la planta sótano de los edificios extiende sus ramificaciones más allá de la huella edificada, para conectar con el edificio siguiente.
Sin embargo, debido a los diferentes horarios de apertura de cada edificio y sistemas de vigilancia varios, no es un espacio totalmente continuo durante 24 horas. A partir de las seis de la tarde, algunas de las galerías subterráneas cierran, y el RESO pierde su continuidad espacial, haciéndonos emerger a la superficie (aunque sea para andar un par de manzanas) y retomar los túneles en el siguiente edificio.
En segundo lugar, impresiona por la dimensión de los túneles en sección. Los metros europeos antiguos, como el de Madrid o el de París, o el metro de Tokio por ejemplo que son los que yo conozco más, dan una sensación algo angustiosa por la poca altura que tienen muchos de los pasillos, sobre todo cuando hay gente. En Montreal, tanto el Metro como el Reso tienen unos túneles tan altos que uno no tiene la sensación de estar en un espacio subterráneo. En las fotos no se percibe totalmente esta sensación, la verdad, pero ahí os las dejo.
El plano del RESO (que no del metro)
No es nada fácil orientarse en una maraña de túneles…
Cuando un túnel llega justo debajo de un edificio, a veces hay patios de varias alturas desde los que nos puede llegar algo de luz natural. También se intenta humanizar estos sitios poniendo plantas, bancos, fuentes, como si fuera una calle de cualquier ciudad. En la parte de la ciudad subterránea que corresponde con el barrio chino, hay incluso una plaza con bancos y un mini-jardín con ancianos chinos sentados “a la fresca” como en cualquier pueblo o ciudad. Es un espacio bastante vivido por los de Montreal, por el tiempo de mierda que hace, pero también porque no hay coches…
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