En la actualidad todos/as deseamos gratificaciones a corto plazo, somos adictos a la dopamina, aquella droga en nuestros cerebros que se activa con momentos gratificantes, como cuando comes lo que te gusta, haces lo que te gusta, cuando generas dinero, aquel negocio nuevo que te montaste y está yendo bien, estar con tu pareja sentimental aprobar un nivel académico, entre otros.
Pero ¿Cuál es el problema? Te lo diré, es el no saber esperar, por ejemplo si te dan a elegir en tomar un chocolate del tamaño de una moneda de 10 centavos de dólar en este momento, a que te proponga que si esperas hasta la siguiente semana por un chocolate cinco veces su tamaño, de seguro tomaras el pequeño que te estoy ofreciendo ahora, ¿Por qué pasa esto? Simple estamos acostumbrado a nuestro cerebro a gratificaciones inmediatas.
Existen muchos estudios, publicaciones, videos y demás material gritando a los cuatro vientos cual es la recompensa de aplazar dichas gratificaciones para lograr resultados mejores, aquellos que nos guían al éxito, esos resultados que hará más gratificante tus metas alcanzadas.
Que pasa internamente en nuestras familias, estamos enseñando mal, guiando mal, utilizamos frases como escoge esta carrera es la mejor porque es corta y podrás trabajar inmediatamente, dale al niño/a lo que pide, es que solo es un gustito que desea, prepara una comida diferente porque esa no le gusta, es verdad todos mis compañeros/as sacaron siete en la prueba estamos bien, el profesor tiene la culpa que todo este mal en la escuela con mi hijo/a, hay que llevarlo al psicólogo porque eso no es normal algo tiene, está estudiando mucho eso no es bueno y un sinnúmero de excusas que usamos los padres/madres para reducir las expectativas de nuestros hijos/as guiándolos por la gratificación inmediata.
La mejor enseñanza que pudo ofrecerme mi adorable madre a quien amo y agradezco mucho, fue una frase que movió todas mis neuronas y que en ese momento fue un shock, que luego sería la mejor enseñanza para mí, la frase fue: “debes trabajar si deseas seguir estudiando yo ya no puedo seguir apoyándote en todo ya eres grande y muy inteligente”, claro en ese momento me pregunte ¿de qué?, ¿Dónde?, ¿Para quién?, ¿podré hacerlo?, ¿cuánto ganare? ¿Deseo estudiar?, y un sinnúmero de preguntas que me guarde para mí, luego de esto me tocaba elegir una carrera de noche que pudiera permitirme trabajar de día, y bueno las elecciones tuve que realizarlas en un corto tiempo y observando pros y contras, hasta ahora evalúo muchos aspectos antes de elegir el camino corto o el difícil que es el que clasifica mi cerebro como gratificante.
Creo que no es cuestión de abstenerse ya que esta palabra genera una fuerte dependencia de lo que vayas a dejar es cuestión de clasificación, bueno ya esta altura del texto te preguntarás como lo hare, ahora te explicaré como lograrlo con ejemplos reales, para esto tengo unas preguntas que proponerte: la primera es ¿Cuáles son tus sueños? la segunda ¿Qué sacrificarías a cambio de luchar por tus sueños? ¿Puedes esperar para lograrlos?, si la mayoría de preguntas son positivas, este organizador a continuación puedes utilizarlo como tu guía o puedes formarte uno diferente.