La Cocina de Sitges acaba de renovarse totalmente. Si bien no podemos decir que es una nueva apertura ya que el restaurante como tal existía, ha sufrido tal reforma que prácticamente lo único que queda del original es el nombre, cambiando totalmente las instalaciones, el equipo, el chef y su oferta gastronómica.
Charles Pearce es el chef encargado de que en la cocina todo funcione. Un chef muy joven que apunta maneras y ya se hace notar con combinaciones de ingredientes, sabores y texturas poco vistas pero nada improvisadas. Pese a su juventud, 26 años, ha pasado por restaurantes de Reino Unido, Milán y San Francisco. Se formó en la academia Eastbourne, con influencia francesa, pasó por restaurantes italianos donde se familiarizó con la cocina mediterránea y saltó a EEUU para probar el concepto street food, tan arraigado en San Francisco. Con 23 años pasó a dirigir "The Ordinary Market" (TOM) y en 2017 fue el primer chef que respresentó a Gran Bretaña en Girotonno.
El chef goza de cierta autonomía para dar rienda suelta a su creatividad, pero las directrices del negocio las deciden Andrew James Hunt y Adrian O'Brien. Está claro que el equipo no es nacional, pero su oferta es una cocina influenciada por la experiencia del chef, difícil de ubicar en ningún país o zona concreta. Eso sí, si La Cocina de Sitges puede ser descrita como cocina internacional sin colocarla en el mapa,la procedencia de los productos que utiliza para ella está claramente ubicada, ya que su apuesta por el producto local es fuerte. Si el producto existe en la zona, será el utilizado para sus platos, igual que en su carta de vinos a copas en la que podemos ver una gran mayoría de vinos catalanes, excepto uno o dos de otras zonas.
Es posible que al leer su carta te sorprendan los nombres y combinaciones que proponen, como por ejemplo pensar en pulpo con palomitas de maíz, salmón con sandía, o helado de patata al horno, pero no hay que "arrugar la nariz".Es cierto que son mezclas a las que no estamos acostumbrados, pero en La cocina de Sitges quieren que juguemos con nuestros sentidos, que la cena se convierta en una experiencia diferente y con sus platos ayudan a que así sea. Tampoco debemos pensar en una cocina extravagante de aquellas que te presentan platos con ingredientes tan extraños que cuando te los presentan no te atreves ni a preguntar qué estas comiendo y te quedas con la duda.
Como entrantes encontramos propuestas como Tiradito de salmón, Gamba Roja, o Tartar de ternera que se sofistican al añadirles kiwi, gel de perejil, emulsión de mango, alioli de gamba roja o helado de patata a horno, llegando a platos curiosos y bien equilibrados.
Otros aperitivos como una ostra gallega con emulsión de mango y caviar beluga o un tartar de salmón con crema nori bañado con una salsa de sandía y reducción de katsuobushi con crujiente de arroz y tapioca empiezan enseguida a sorprenderte y te van preparando para la aventura gastronómica que te espera.
Al pararnos en los principales, el juego continúa con su pulpo ahumado en cuya descripción vemos palomitas de maíz, sandía, chorizo y col rizada o su Lubina con maíz, gnocchi, jamón de pata negra servido con helado de cangrejo donde se mezclan no solo texturas y sabores, sino también temperaturas.
Si eres amante de los sabores potentes y fuertes, no puedes perderte su tataki de atún con shiitake ajo negro y salsa de nori y katsuobushi, un plato que invade totalmente el paladar; o el pato crujiente, elaborado a fuego lento y marcado después a la plancha es servido con melocotón a la brasa y salsa con reducción de vino y cinco especies chinas dejando clara la influencia asiática del chef. El melocotón combina muy bien, ayudando a desengrasar la carne de pato.
Si eres goloso, muy goloso, no dudes y para el postre escoge su magnum de chocolate con leche hecho en casa con caramelo salado, tierra de chocolate y dulces, que aunque lleve sal, está tremendamente cargado de azúcar y con el que quiere darse continuidad al juego de los sentidos.
La cocina de Sitges no tiene más pretensión que estimular los sentidos mediante una experiencia gastronómica. El salado y el dulce, lo frío y lo caliente, lo crujiente y las cremas... todo forma parte de una cocina elegante y atrevida en la que, aunque la mezcla sea la protagonista, se distinguen a la perfección todos los ingredientes que forman cada una de sus propuestas.
Ahora Sitges está en plena ebullición, al ser verano, su público se internacionaliza notablemente, pero en La Cocina de Sitges cualquier amante de una buena cocina, disfrutará venga de donde venga. Cualquiera de sus menús degustación, el largo de 8 platos o el otro corto, de 5 es una experiencia que cierra el círculo.
@lacocinasitges, un menú redondo Click to Tweet