La columna de los Lunes pre-noel

Ya se acerca noche buena, ya se acerca navidad las series se van terminando no hay nada de verdad. Semana pobre si la hay esta que avecina la navidad. Regalos vienen, regalos van, todos con el espíritu navideño, árboles que llenar y familiares que abrazar, amores que extrañar y amigo que llamar pero las series, esas series que nos acompañan todo el año en nuestras tristezas y alegrías, esas series que están ahí cuando un novio te deja y tienes que mudarte a la capital, esas series que te acompañan cuando el libro se acabo o esas series que matan aburrimientos y sacan carcajadas desde la soledad de tu sillón un domingo a la tardecita. Si, de estas series hoy te olvidas porque llega Santa Claus, Papá Noel, Viejito  Pascuero, Colacho, San Nicolás o como quieras llamarlo según donde habites, pero estas series siempre están y cuando el alcohol se evapore de tu cuerpo, la grasa se queme con largas caminatas y enero llegue volverás todo culposo a poner play, a sentarte frente a ellas, a mirarlas a los ojos, le brindaras tu tiempo, tendrán toda tu atención, te sentirás cómodo, no querrás que nadie te moleste, armaras nuevamente tu rito, dirás algunas palabras que solo vos escucharas sin vergüenza, sonreirás al verla al inicio y al final, sentirás que paso mucho tiempo, que nunca mas lo volverás a hacer y así comenzarás tu año con nuevos proyectos, nuevas ideas, nuevos miedos, nueva gente y nuevas series por que ellas como todo lo que te rodea ya forman parte de tu vida y si todavía no te diste cuenta y te ríes de las boludes que estoy escribiendo es que tan solo nunca conociste la verdad de la palabra óseo, diversión, y que nunca tuviste un Hobbie para disfrutar y compartir con otros. La vida esta llena de esas pequeñas cosas que te hacen bien y sin esas cosas, sin esas personas que te rodean, sin esos ritos personales y/o populares, sin eso parecido a la felicidad que se refleja en tu rostro mediante una sonrisa, una simple pero majestuosa sonrisa, sin todo esto seriamos simples zombies con un mínimo de reacción en el cerebro y veríamos pasar la vida como un trailer, flashes de eso que nos podría suceder.