Pensé que la famosa comida de jerifaltes del PP en María Pita no saldría del ámbito local coruñés. Pero no ha sido así. Progrelandia se pregunta quién pagó la comida que pagó Aznar en un conocido restaurante al lado del ayuntamiento. Los grupos de la oposición en La Coruña, preguntan al consistorio si la pagamos los coruñeses o si la pagó la Delegación del Gobierno.
Todos conocemos quiénes fueron a esa mariscada, qué vino pidieron y hasta lo que costó. La gran duda es quién la pagó. Pese a que todos sabemos que la pagó Aznar (basta con preguntar en el restaurante), se intenta atacar por la línea de la austeridad. Señores, vayan por otro lado, que los dispendios del PP a cargo del erario público son masivos y públicos igual que los del resto de partidos.
Alcalde, arréglame el Parrote, que lleva años hecho unos zorros y es lo primero que ven los cruceristas.
La pose del BNG de los mojitos es infundada. El PSOE no se ha querido mojar mucho en el tema porque sabe la que le viene encima. Y luego está el alcalde, que en lugar de ceñirse a las palabras del portavoz municipal ("hemos decidido cambiar los canapés, las fiestas y los saraos del anterior Gobierno municipal por el blindaje del gasto social"), dice algo como que "deberíamos estar agradecidos que gente tan importante visite la ciudad". Qué paleto es.
A esta clase de leyendas urbanas contribuyen en no poca medida losperiodistas que se creen Pérez-Reverte en Sarajevo y no son más que las ancianas de Radio Patio. El poder de los medios es muy fuerte: pueden dirigir la mirada del público hacia el lado que más les conviene. Según Gene Sharp, los medios de comunicación son uno de los pilares de apoyo, una fuente de obediencia social, en la teoría del poder. Para cambiar lo que está en el poder, es necesario sustituir estos pilares de obediencia por otros, pero de eso hablaré en el futuro.