Revista Cultura y Ocio

La competición

Por Cayetano
La competición Imagen tomada de aquí
Éramos muchos. Tal vez demasiados corredores para una prueba de velocidad como aquella. Al principio sobre todo. Pero no resultaba fácil llegar a la meta, muchos se quedarían por el camino. Habíamos estado concentrados desde mucho antes del inicio de la competición, preparándonos, mentalizándonos. Allí reunidos en un espacio relativamente pequeño, acumulando fuerzas para el gran día que ya se avecinaba. Y de pronto, alguien dio la salida. Partimos de allí a la carrera, con mucho ímpetu, en tromba. Íbamos frescos, descansados, con brío, ilusionados, entusiasmados por llegar a nuestro destino, por conseguir el triunfo. Nos jugábamos mucho en ello. Resultaba crucial en nuestra trayectoria profesional. Era un recorrido que demostraría la rapidez desarrollada por cada participante. No era un maratón de esos larguísimos donde lo que cuenta es la resistencia, el saber dosificar las energías para no gastarlas enseguida. Aquí lo importante era la capacidad de desplegar al cien por cien la aptitud de cada uno, imprimir la potencia máxima desde el inicio, sin mirar hacia atrás, pendientes tan solo de llegar en primer lugar. Aquí no valía llegar el segundo o el tercero. Solo había premio para uno, el que primero llegara a su destino. Y la meta estaba ahí, muy cerca…
Avanzábamos con denuedo por un camino estrecho. Ya quedaba poco. Luego, lo angosto del trayecto se modificó de repente y apareció ante nosotros uno más amplio, como si corriéramos en tropel dentro de un túnel recto y oscuro.  El recorrido llegó a su fin cuando, dejando a los demás fuera, fui capaz de entrar dentro del óvulo para fecundarlo. La victoria fue mía.
Relato registrado en Safe Creative, bajo licencia La competición

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