La concentración del escritor
La concentración resulta esencial en el trabajo del escritor
Hay escritores que acostumbran a tener varios frentes abiertos y compaginan como pueden los trabajos que todos ellos demandan. Producen textos literarios de uno o varios géneros, escriben artículos, crónicas o incluso noticias para algún medio.Cuando esto ocurre no siempre es debido a la personalidad del escritor ni a una manía, puede ser debido a que la inspiración, o como lo queráis llamar, llega cuando quiere y con el aire que quiere. Y en ese contexto, hay quien prefiere no discutir con ella, ni posponer sus mensajes, ni siquiera en forma de anotación en una libreta que para muchos, una vez fría, pierde la esencia que le dio vida.Sin embargo hay otros escritores que estarán pensando, ¡qué desorganización!, yo no podría trabajar así. Centrados en un único objetivo la ventaja es clara para estos escritores, presumiblemente terminarán antes ese trabajo y, quizás lo más importante, todo el torrente creativo estará concentrado en un único objetivo, lo que sin duda enriquecerá el resultado final.La capacidad de concentración, en la escritura especialmente, es una cualidad imprescindible. Resulta muy útil y necesaria durante todo el proceso creativo. Si un escritor no tiene suficiente grado de concentración es muy probable que deje de ser padre de sus historias para convertirse en su hijo, en su consecuencia, en su esclavo. Las historias pueden convertirse en eternas y el escritor puede pasar a ser un personaje más, atrapado en ellas, que no sabe por donde está la salida.Históricamente algunos escritores desarrollaron ciertas manías que, a decir de ellos, favorecían de forma absoluta y determinante su concentración. Pero obviamente ninguna manía estridente es imprescindible para favorecer la concentración, bastará con observar algunas pequeñas normas, aquí van unas pocas, las demás las pondrá cada cuál:—Establece un tiempo de trabajo lejos de cualquier otro estímulo.—Desconéctate de internet. Las redes sociales son un medio eficaz para dar a conocer tu trabajo, pero también son muy eficaces para impedir la concentración.
—Cierra el programa de correo hasta que termines la sesión, a no ser que estés esperando uno de tu editor, en cuyo caso, cierra el programa de correo hasta que termines la sesión.
—Crea un ambiente con los estímulos mínimos necesarios para tu trabajo, quizás bajar la luz, quizás bajar la música o quizás poner una que sea suave o a propósito de la historia que estés escribiendo, quizás cerrar la puerta o la persiana, quizás escribir de noche, o de madrugada.
—Si lo que estás escribiendo lo requiere quizás sea buena idea sumergirte en circunstancias parecidas a las que intentas manejar en tu historia, como por ejemplo visitar una estación de tren si la escena que estás escribiendo transcurre en una estación de tren. Así después, frente a tu ordenador, podrás concentrarte más fácilmente en toda la información que recogiste durante la visita. Con el tiempo y la práctica, cada cuál sabrá determinar cuáles son las normas que pueden favorecer su concentración, ¿cuáles son las tuyas?