Revista Ciencia
La primera misión privada a la Luna este año partió el 21 de febrero. Es israelí y aunque por su ruta solo llegará al satélite en abril para desembarcar un robot que operará por dos días, significa un nuevo jugador en la conquista de mundos vecinos.
Imagen: Ilustración de un posible asentamiento humano en Marte, con espacio habitacional tipo domo. Bocetos se han elaborado muchos. FOTO NASA
Una exploración prácticamente reservada a Estados Unidos, que se ampliará en los próximos años. Y no solo a la Luna. A Marte, ese sueño dorado de la humanidad, también.
Los robots que recorren suelo marciano son estadounidenses. Desde el despuntar de este siglo, Estados Unidos ha enviado con éxito 8 misiones a ese planeta, bien para orbitarlo o aterrizar en él.
En noviembre pasado, Insight tocó suelo, y aunque en febrero la Nasa reconoció la pérdida del explorador Opportunity, en 2020 enviará otra misión que deberá aterrizar en el cráter Jezero, donde hubo un delta. La intención es recoger material de la superficie y guardarlo a la espera de que alguna nave vaya a recogerlo y traerlo a la Tierra, maniobra que no se ha intentado antes aunque es un viejo anhelo de los científicos, si bien su costo de 2 a 3 billones de dólares la pone en duda.
Luego de 2020 no hay planes de nuevos viajes, no al menos hasta 2026, un bache que no tenía el país del norte desde el año 1975 al 1992.
La Agencia Espacial Europea con la rusa Roscosmos planean enviar un explorador el próximo año, llamado Rosalind Franklin.
No son los únicos: China desarrolla un orbitador y un vehículo explorador. Y los Emiratos Árabes Unidos enviará un orbitador. Misiones todas para 2020.
Las agencias espaciales de India y Japón seguirán esa senda en 2022 y 2024.
El mandato del actual gobierno americano para la Nasa es enfocarse más en retornar a la Luna, un satélite que hoy cuenta con solo una misión activa: la china Chang’e que está en el lado oculto, luego de que desde comienzos de los 70 no hubiera ninguna.
Llega el sector privado
El impulso israelí con su nave Beresheet, misión que también tiene fondos públicos, podría cambiar el negocio hacia uno en el cual las empresas privadas cumplan tareas de entrega de carga en el suelo lunar.
La nave israelí fue construida por SpaceIL, primer competidor del extinto programa GoogleLunar XPrize, pero hay otras cinco firmas privadas que planean lanzar misiones a finales de 2021.
En medio de ese creciente interés privado, la Nasa y la Agencia Europea analizan financiar firmas que embarquen material científico a la superficie del satélite.
La Nasa lanzó un programa de 2.600 millones de dólares a 10 años y seleccionó nueve consorcios que podrían llevar sus equipos a la Luna. Cada uno es liderado por una firma estadounidense.
Será, en resumen, un servicio expreso de transporte.
Esa efervescencia se extiende a Tokio con Ispace y a India con TeamIndus. Esta planea muchas misiones en los próximos tres a cinco años. Y la agencia espacial India también espera posar este año su nave Chandrayaan 2 en ese destino.
Entre las empresas que desarrollan proyectos figura la alemana PTScientists, que trabajará con la Nasa y la Agencia Espacial Europea.
De este modo cambia el panorama para la exploración de Marte y la Luna, con más países y empresas en acción que acelerarán la conquista de esos dos mundos.
El viaje apenas comienza.
Fuente: El Colombiano