Sin ir más lejos, ayer mismo la niña trajo en el cuaderno este dictado: "Hemos llegado a la conclusión de que las clases nos gustan pero que estamos más en el juego y no nos concentramos en la atención y el esfuerzo". (sic)
Sádica, vamos.
Luego les mandó a hacer una redacción sobre la constancia.
Yo me he inspirado y le he escrito a mi hija esto:

La Constancia A mi princesa M, mi mejor maestra
Había una vez una niña que quería volar como los pájaros. Los adultos le pedían que estuviera sentada a una mesa haciendo números, pero ella lo que quería era salir volando por la ventana.
Todos los días pasaba una cometa volando y ella se quedaba mirando arrobada su larga cola. Poco a poco fue rodando la silla y estirando un poco la mano. Rodando la silla y estirando la mano. Estirando la mano. Un poquito y otro poquito. Hasta que la mano se alargó y la silla se hizo leve, y un buen día la niña puedo engancharse a la cola del cometa y salir volando. Y así fue como aprendió que cuando una tiene un deseo muy fuerte y verdadero, hará lo que sea hasta conseguirlo. Y eso es la constancia.
No sé si mi hija querrá hacer su propia redacción o se atreverá a llevarle esta a la maestra. A ver si la convenzo ;-) © Ileana Medina Hernández