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La continuidad de Maradona, en el aire

Publicado el 05 julio 2010 por Marianofusco

La continuidad de Maradona, en el aire

Con la goleada impiadosa de la maquinaria alemana, se consumó la caída del Maradona DT. Su desempeño se bifurcó entre el buen trabajo realizado en la primera fase del Mundial, la parte en la que fue audaz e ingenioso contra rivales poco desafiantes que prefirieron protegerse sin inquietar; y los desatinos evidentes con los que tropezó en la etapa de vida o muerte del certamen, en la que empezó a correrse la pintura contra México para luego quedar totalmente en evidencia la falta de un andamiaje colectivo frente a Alemania. Llegó a cuartos de final, misma cerca en la que han sido frenado tantos otros, como Passarella o Pekerman.

No se cumplió el objetivo, apenas se logró lo básico. Personalmente, esperaba poco de su parte, pero al cumplir una buena tarea en la zona grupal y hasta mostrar aciertos con los cambios y las disposiciones, levantó mi ilusión, aunque fueran rivales menores los que se derrotaban. Superó mis expectativas en ese arranque. Lo serio se iniciaba en la eliminación directa y ahí se falló. Contra México se ganó 3-1, y lamentablemente el resultado y la pólvora de los delanteros maquilló la falta de rodaje como equipo. Fue la gran alerta, los primeros síntomas que invitaban a reaccionar y corregir inmediatamente. Alemania venía de arrasar a Inglaterra y, acompañado de su peso histórico, calidad de futbolistas y jerarquía, prometía no ser indulgente como México. El cuerpo técnico no quiso tocar el plan, optó por desatender la llamada de atención recibida contra los mexicanos.

Y pasó lo que pasó. Se combinaron el bajón de las individualidades que venían abriendo el camino con goles, lo que a su vez desnudó la ausencia de una estructura fiable que los respaldara, un mediocampo ausente -salvo por Mascherano- para colaborar con los de adelante y los de atrás, más un contrario aceitado y decidido a agudizar los problemas de contención y retroceso que otros no habían forzado. Alemania fue impecable en su labor. Lionel Messi cargará con su cuota de responsabilidad, pero el cuadro no estaba diseñado para que el mejor jugador del mundo explotara o se le facilitaran las cosas. Tuvo que empezar casi de lateral derecho para tomar contacto con la pelota frente a los alemanes.

Se terminó el sueño. Sin embargo, el estado de deidad de Maradona no perdió su condición. Pudo haber sufrido algún rasguño, pero el recibimiento multitudinario que acogió a la Selección en su regreso dejó en claro que El Diez retornó de Sudáfrica indemne. Si otro hubiera sido el DT, pocos hubieran ido. Hasta la presidenta Cristina Fernández ya invitó al equipo a la Casa Rosada y les expresó su apoyo. Semejante bienvenida para un equipo que fue goleado 4-0 en cuartos  y que dejó sólo un comienzo ilusionante, se debe totalmente al magnetismo de la figura de Maradona. Hoy los principales abanderados maradonianos justifican que, debido a esa puesta en escena, el entrenador debe continuar en su puesto. Casi ridículo.

Su contrato se renueva automáticamente, si las dos partes así lo desean, hasta después de la Copa América 2011 a realizarse en la Argentina, pero su continuidad está en el aire. Él mismo la dejó entre puntos suspensivos. Algunos jugadores, entre los que se rumorean que estaban Messi y Tevez, le habrían pedido que siguiera. Las primeras encuestas  indicaban que la gente quiere que siga en un 70 por ciento. En las últimas horas, los números se dieron vuelta.

La gran incógnita es si Maradona soportaría  un período de cuatro años hasta el próximo Campeonato del Mundo. Si un año y monedas fueron tumultuosos, repleto de roces, cruces y batallas a cada paso -Grondona, Bilardo, hasta el Monumental-, ¿qué puede pasar en cuatro años? ¿Resistiría y sería productivo? La esencia del Diez es la agitación, ser visceral, explotar, efervescencia, impulsos, genialidades, rebeldía, idas, vueltas, cielo e infierno. Ésa es su naturaleza y casi un lustro parece ser demasiado para su personalidad tan volátil.

Que sabe de fútbol, es innegable. Pero por más que haya asegurado que “el agua caliente ya se inventó”, quedó claro que su noción para aleccionar y formar tácticamente un conjunto no es suficiente. El principal combustible de Maradona fue el motivacional. Apeló a los sentimientos, a la unión grupal, la arenga, la mística, a la admiración y a su capacidad de asombrar para impulsar a sus dirigidos. Es una fórmula que puede ser útil durante un tiempo, especialmente para un grupo que venía decaído ¿pero es suficiente para sostener cuatro años? Se produce desgaste y una lógica dilución de ese efecto pasional.

Si va a empezar un nuevo ciclo, el nuevo encargado del proyecto debería comenzar ya y tomar nota para reformar varios aspectos, como pueden ser los seleccionados juveniles, de resultados desastrosos bajo el mando de los campeones del mundo del ´86. Paremos de regalar ventajas. Si va a seguir Maradona, es necesario hacerlo entender que se precisa más que corazón, y rodearlo con gente capaz de ensamblar un sistema táctico y aportar desde la capacitación, sin tener el “Sí, Diego” automático. Esto segundo, sabemos, será muy complejo.

¿Debería seguir Maradona como seleccionador argentino?


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