Una gran compañía oferta a sus empleados un curso gratuito fuera del horario laboral, los trabajadores con pocas ganas de pasar más tiempo en el trabajo apenas lo solicitan. Entonces la empresa manda una circular indicando que para el mes siguiente el curso se va a suprimir por ser excesivamente costoso para la compañía. Los empleados indignados se quejan de esta pérdida de beneficios, lo ven como una injusticia que hay que reivindicar y tras "duras" negociaciones consiguen que la empresa lo vuelva a incluir en sus programas, teniendo esta vez una afluencia masiva. Esta compañía ha utilizado la psicología inversa.
Sin duda habréis oído hablar de la psicología inversa como una forma de conseguir que otra persona realice aquello que queremos haciéndoles creer que defendemos la postura contraria. Cuántas veces para hacernos los interesantes, le hemos dicho a otra persona “Te iba a contar una cosa, pero mejor no”, en ese momento esperamos que la otra persona nos insista para que cambiemos de opinión y se lo contemos, pero si como mi marido me hizo a mí, te contesta “de acuerdo, como quieras”, la perspectiva cambia y ahora somos nosotros los que tenemos más ganas de contárselo. La psicología inversa ha vuelto a funcionar.
Es una técnica conductista descrita por el psiquiatra y escritor judío Viktor Frankl. La psicología inversa funciona gracias al fenómeno cognitivo conocido como la resistencia psicológica o reactancia. La resistencia es la necesidad de demostrar nuestra libertad y autonomía. Cuando alguien nos impone algo nos da la sensación de estar cediendo nuestra libertad por lo que nos revelamos para reivindicarla. No nos gusta que nadie nos diga lo que tenemos o podemos hacer, así que a menudo hacemos justo lo contrario.
La técnica funciona muy bien en niños y adolescentes ya que se encuentran en un momento evolutivo caracterizado por la rebeldía y el rechazo a la autoridad. Cuando a un adolescente por ejemplo le prohibimos ver a un amigo prácticamente le estamos echando en sus brazos.
Imaginaros que queréis que vuestro hijo lea un libro en lugar de ver la tele, el diálogo podría ser:
-Venga peque a leer un rato.
- Ahora no.
- Venga que tienes que leer para mejorar.
- Que no, que estoy viendo la tele.
- Venga ve ahora mismo.
- ¡Qué no!
- ¡Déjalo! no leas nada que la profesora vea lo poco que avanzas.
- Vale leeré un pero sólo una página.
- ¡Que no, que no! déjalo no es necesario en clase seguro que no os lo piden.
- ¡Claro que nos lo piden!, nos lo dicen todos los días.
- ¡Va! no es importante. Total, ¿para qué te va a servir leer?.
- Si que sirve y ahora mismo me voy a leer.
- Bueno como quieras, si es que al final siempre haces lo que quieres.
Al aplicarlo debemos tener en cuenta que la psicología inversa lo que promueve en los niños es su deseo a contradecirnos, a salirse con la suya, a enfrentarse a nosotros… por lo que aunque funcione de maravilla, a mi particularmente no me convence por el tipo de relación familiar que promueve.
También funciona muy bien en personas a las que molesta especialmente que les controlen o con mucha seguridad en sí mismos. Personas que saltan rápidamente ante cualquier apuesta para demostrar cuan equivocados estamos.
Si has decidido aplicar esta técnica has de llegar hasta el final, rendirte a la mitad reforzará la actitud de la otra persona porque ha conseguido doblegarte. Por eso también es una situación muy desagradable para aplicar con niños ya que genera tensiones innecesarias, estoy segura que como padres podemos idear estrategias más positivas para conseguir nuestros objetivos.
Imaginaros que tenéis que realizar un trabajo en equipo y la parte que os ha tocado no os gusta especialmente. Si directamente les decís a vuestros compañeros que esa no la queréis porque es más aburrida o porque hay que prepararla más, lo más probable es que no convenceréis a nadie para que os la cambie.
Si por el contrario os ponéis muy contentos, les hacéis ver que os va a permitir destacar porque es la parte más completa e interesante... ¡anda! pero si el jueves tenéis la fiesta de cumpleaños de la abuela… no os va a dar tiempo a preparar el trabajo… ostras qué pena… quizás algún compañero pueda cederos su parte… qué lástima con la ilusión que os hacía, pero tendréis que conformaros.
La psicología inversa también se utiliza a nivel terapéutico, por ejemplo para el insomnio, los pacientes no saben indicar el motivo de la falta de sueño, sólo saben que no pueden dormir. La consigna en este caso será, que cuando vayan a dormir en lugar de intentar dormirse, intenten mantenerse despiertos el máximo de tiempo posible.
En el siguiente enlace podéis ver un video de lo rápido que un papa convence a su hijo mediante la psicología inversa:
https://www.youtube.com/watch?v=awQMOM7vXT4