Décima entrega de ‘La cooperante’. Continúan las tribulaciones de Laia, una heroína involuntaria; el agente Bond, Robredo para los amigos; y Luis, un periodista asqueado que tropieza con el bombazo del siglo, frente a mafiosos traficantes de armas y un gobierno corrupto liderado por un tipo lamentable que os resultará desagradablemente familiar…
Originalmente publicado en SALTO AL REVERSO:
La entrega anterior la puedes leer aquí.
El Conseguidor estaba a punto de perder los estribos. La tentación de volarle los sesos al gusano español era cada vez mayor. No soportaba aquella mueca que pretendía aparentar una sonrisa socarrona. Ni siquiera las palizas que recibía periódicamente se la habían borrado. El muy cabrón sabía que no acabaría con él hasta conseguir los códigos del maldito Ruipérez, pero estaban llegando al punto en el que los cien millones le importarían menos que quitarse de en medio aquella cara repugnante.
La vibración del móvil le hizo aparcar la rabia por un segundo. Muy pocas personas tenían su número personal, así que debía ser algo importante. La llamada provenía de un número desconocido. Estuvo a punto de ignorarla, pero le pudo la curiosidad.
—Aló?
—Hagamos un trato.
—¿Cómo dice? ¿Quién es y cómo se atreve a…?
—Mira, Al Capone, estoy…
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