Hoy tengo un invitado que repite: Daniele Viganò, alguien tiene una gran capacidad didáctica y nos ha preparado un post con todas las claves para entender qué es una Cumbre del Clima, qué fue la COP20 y qué tuvo de bueno y de malo y, sobre todo, por qué la Cumbre Climática de París del 2015, la COP21, debe estar en el horizonte mental de toda persona preocupada por el medio ambiente.
Daniele Viganò es un ciudadano muy interesado en temas de energía, grande en corazón, sonrisa, entrega ¡y altura!, doctor en astrofísica, investigador del ICE (Institut de Ciències de l’Espai de Barcelona) y uno de los miembros de 350 BCN desde nuestros primeros pasos, además de uno de los grandes amigos que me ha regalado el año 2015. Mil gracias por habernos regalado estas líneas.
A una semana de la clausura de la Cumbre de Lima por el Cambio Climático es el momento de hacer una breve reflexión sobre el resultado. La XX Conferencia de las Partes, COP 20 ha sido particularmente importante por varias razones.
Contexto
Cabe poner brevemente en contexto el mecanismo y las finalidades de estas cumbres. La preocupación a nivel internacional por el calentamiento global y su relación con la actividad humana se manifiesta de forma evidente por primera vez en el año 1992, con la que se conoce como Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro. En esa ocasión, se crea un tratado internacional medioambiental, el único existente de momento: la UNFCCC (United Nation Framework Convention on Climate Change, o Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático). Su objetivo, declarado en el Artículo 2, es estabilizar las concentraciones de gases invernaderos, considerados responsables del evidente aumento de temperaturas. La UNFCCC es un marco dentro del cual formular tratados internacionales (llamados “protocolos”) que se ocupen de manera específicas de dichas medidas para frenar el cambio climático. Se ocupa de organizar cumbres cada año (Conferencias de las Partes) para evaluar los progresos, y cumbres intermedias más técnicas (la próxima en Ginebra, febrero 2015).
Cambio Climático: Mitigación vs. Adaptación
A nivel práctico, hay dos grandes vías para enfrentarse al problema del cambio climático y el calentamiento global:
- La mitigación consiste en curar las causas: básicamente, reducir los gases de efecto invernadero, con todo lo que puede conllevar (ir hacia un sistema 100% renovable, dejar de emitir CO2, proteger los bosques…).
- La adaptación consiste en proteger o arreglar los devastadores efectos del cambio climático. Relacionado con eso, en Lima, se ha hablado mucho de cómo y cuánto financiamiento destinar al Fondo Verde por el Clima.
Dos grupos frente a un problema
Se adhieren a la UNFCCC 196 partes (o sea, países o entidades como la Unión Europea), divididos en dos grandes grupos.
- El grupo Anexo I incluye 43 países mayoritariamente desarrollados (Europa, el ex-bloque soviético, EEUU, Canadá, Australia, Nueva Zelanda), que tienen la responsabilidad histórica de las emisiones y los medios tecnológicos y económicos para tomar medidas. Suelen frenar las negociaciones, especialmente países como Australia, Canadá y Polonia.
- El otro gran grupo, No Anexo I incluye los países en vías de desarrollo o pobres. Es un grupo heterogéneo, que incluye China e India, primer y tercer emisores de CO2, y los países más vulnerables, como las islas pequeñas. Aunque tengan contingencias económicas y sociales muy distintas, suelen tener posiciones parecidas.
Expectativas y decisiones
en la Cumbre de Lima
Hay una oportunidad de mantenernos debajo de los 2º de aumento de temperatura global, pero es una ventana que se está cerrando rápidamente.
-Ban Ki Moon
Las expectativas para el resultado de las COP 20 eran altas, por varias razones.
- La COP 20 ha sido la última cumbre del clima antes de la COP 21 de Paris 2015, elegida como fecha límite para llegar a un acuerdo sobre medidas prácticas después de 2020. En ese año vence el segundo periodo del Protocolo de Kioto, tratado internacional que pretendía lograr una reducción global de las emisiones. Consta de dos periodos, 2007-2012 (PK1) y 2013-2020 (PK2). Los Estados Unidos nunca lo han firmado, Canadá se salió en 2012, y el PK2 ha entrado en vigor aprobado por pocas decenas de países. El Protocolo de Kioto no ha llegado a ningún resultado concreto, y se puede afirmar que son 20 años de fracasos. Por eso Paris 2015 es un momento clave e importantísimo.
- El 2014 ha sido un año especial en cuanto a atención mediática y ciudadana sobre el cambio climático: Los efectos cada vez más incontrovertibles, la movilización masiva en ocasión de la cumbre intermedia de Nueva York del 21 de Septiembre (700.000 personas en todo el mundo marchando por el clima), la fuerte presencia de movimientos transversales en la misma ciudad de Lima (entre otros, los pueblos indígenas), la preocupación creciente de los científico del IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change o Panel Intergubernamental por el Cambio Climático), han supuesto una enorme presión.
- Pocos meses antes de la cumbre del clima, los EEUU y China pactaron un acuerdo histórico para reducir (o, en el caso de China, dejar de aumentar tan rápidamente) las emisiones. Objetivos cuantitativamente poco ambiciosos, cierto, pero históricos, y que parecían indicar una inercia positiva que podía llevar a avances significativos.
- El tercer ciclón en 3 años en las Filipinas, coincidiendo con la apertura de la COP 20, ha sido un ulterior elemento de atención mediática y de presión para encontrar una solución.
Vamos al punto, entonces: ¿Se han cumplido las expectativas? Pues, yo diría que la cumbre del clima ha decepcionado, pero podía ir mucho peor.
Noticias positivas de la COP20
Veamos los puntos buenos: se ha llegado a un texto aprobado por todos lo países. El texto consta de cuatro páginas (22 puntos) de intenciones y rutas a grandes líneas. Además, se ha avanzado en la escritura de los elementos que deben formar parte del acuerdo de la COP21, Paris 2015. Son unas 40 páginas preliminares, con muchos puntos que están por discutir y negociar a lo largo del 2015. Y aquí es donde encontramos algo muy novedoso: se habla explícitamente de un futuro (2050) con cero emisiones de carbono (punto 13.2). Esto significa que el asunto ha pasado de ser una utopía verde a un objetivo compartido por decenas de países, notablemente, los del AILAC (Asociación Independiente de Latinoamérica y el Caribe). De momento, es un punto a discutir, y no consta del apoyo del Anexo I, pero es una novedad importante.
A nivel de financiamiento para medidas de adaptación, se ha logrado el objetivo mínimo de diez mil millones de dólares para el Fondo Verde para el Clima. Estamos lejos del objetivo de 100 mil millones para el 2020, pero el objetivo mínimo se ha alcanzado.
A parte de la conferencia en sí, el movimiento global contra el cambio climático crece de forma exponencial y consigue ejercer creciente presión sobre los negociadores. Líderes políticos, como el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, han invitado todos los ciudadanos a subir la presión, a pedir medidas reales. Es evidente que estamos delante de un momento histórico: tenemos la posibilidad económica, tecnológica, y la necesidad de transformar a nivel global nuestro sistema energético. Esto pasará tarde o temprano, aunque sea por simple conveniencia económica. Sin embargo, el papel fundamental que jugamos tú, lector, yo, y todos los ciudadanos, es que tenemos que pedir a gritos este cambio ya, porque la situación es grave.
Lo que no ha funcionado en Lima
Los puntos malos son los de siempre, y reflejan la gran dificultad de poner de acuerdo a todos los países, cada uno con su necesidades, posibilidades, problemas, y, sobre todo, intereses económicos. No se incluye ninguna indicación sobre las medidas que tienen que tomar los países: todo es voluntario. No se dice cómo llegar a los 100 mil millones para el Fondo Verde. No hay ninguna medida concreta a corto plazo. Países pobres poco escuchados, a pesar de haber habido algunas mejoras más democráticas.
Todo esto significa, básicamente, posponer cualquier decisión. Además, los países pobres presionaban para que el Loss and Damage fuese un punto central de la conferencia, pero los países ricos se opusieron continuamente.
¿Ahora qué?
Queda mucho por hacer de cara a Paris 2015. En el texto, la medida más concreta es la obligación que cada país tiene para entregar un plan nacional antes del 1 Octubre 2015. Estos planes serán revisados por la UNFCCC, y juntados en un plan internacional. Esta estrategia bottom-up es radicalmente distinta a como se había planteado Kioto: decisiones internacionales de aplicación local. Se espera que funcione mejor, aunque la gran duda es la ambición que cada país va a tener a la hora de poner cifras y fechas de reducción de carbono. Por otro lado, hay una pequeña esperanza. Si, idealmente, en Paris 2015 el objetivo de cero emisiones fuera incluido en el acuerdo, estaríamos delante de un momento histórico, sin vuelta atrás: un empuje global hacia las renovables y el abandono definitivo de los combustibles fósiles. Lamentablemente, es poco probable que países como Australia, EEUU o Canadá, cedan a esto, pero quien sabe. Juntos se llega lejos, y, en algún momento tendrán que hacer caso a los millones de personas.
Y me permito recordarte -de nuevo escribe La Ecocosmopolita- que si estás en Barcelona y quieres formar parte del movimiento que se ha propuesto lograr finalmente este cambio necesario, puedes unirte a 350 BCN. Puedes visitar nuestra web, unirte a nuestro grupo en Facebook y contactarnos por Twitter.
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