Tanto en la anterior entrada como en esta, no he pretendido hacer una biografía de nuestro gran poeta -no estoy capacitado para ello- Sería fácil copiar modelos de páginas y blogs, pero caería en la reiteración.
Haremos la ruta gongorina. Lugares de esa Córdoba barroca por la que el poeta pasó unas veces viviendo -de vivir- y otras sobreviviendo, caso de la última etapa de su vida en esta su ciudad.
Comenzaremos el recorrido en la calle de las Pavas, llamada así por el escudo que ostenta la casa en la que nació el 11 de Julio de 1561. No está comprobado que fuera esta la casa, bien pudiera haber sido otra de esta calle -llamada hoy Tomás Conde-
En realidad son pavos, pero el personal les llamaba pavas, llegando a denominar la autoridad competente así la calle. Estas dos aves simbolizan Triunfo e Inmortalidad. Actualmente la casa se ha convertido en el hotel Las Casas de la Judería
En el otro tramo de la calle hay otra entrada a la casa de bella factura
Al final de la calle, se desemboca en la plaza que lleva el nombre del filosofo cordobés Maimónides. La plaza se ha llamado: Armentas, Arcediano y de las Bulas. Este nombre le viene dado por la casa en la que "vendían" las mismas
... desde la década de los 50 del pasado siglo, alberga el Museo Taurino y el Zoco Municipal.
Es una bella plaza perteneciente a la Judería donde los expertos en la materia, sitúan el romancillo "Hermana Marica"
Continuaremos el paseo que nos llevará hasta la Mezquita (Catedral) En la capilla de la Concepción fue bautizado y en la de S. Bartolomé está la urna con sus restos -en realidad están los de él, su tío y sobrino -juntos y revueltos- Ocupó el cargo de racionero
"En el Altar de la Capilla de San Bartolomé se celebra todos los años, el día festivo más cercano al 23 de mayo, día en que falleció el racionero cordobés, una misa por el alma del poeta. Este acto religioso se une a los actos culturales que en ese día organiza la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba".
Por la puerta de los Deanes saldremos a la calle Torrijos -por esta calle pasaba la Vía Augusta de la Corduba romana- Desembocamos en la Ribera, presente en la obra del poeta. Allí nos encontraremos con el poema que D. Luis dedico -como él decía- a su patrio nido
[...]¡Oh gran río, gran rey de Andalucía,
De arenas nobles, ya que no doradas! [...]
Seguiremos por la Ribera, donde el paseo en estos escasos días de buen tiempo, resulta bastante agradable. Pasado el más horrible e inútil puente de Córdoba, el de Miraflores
... a escasos metros encontraremos la calle que nos lleva a la Plaza del Potro.
Parece ser que Góngora frecuentaba la plaza, punto de concentración de la picaresca de la ciudad
... en la plaza encuentra la famosa Posada del Potro. El Príncipe de los Ingenios se alojó en ella y la nombra en El Quijote. También estuvo alojado y aparece en su obra, Quevedo. Sería larga la lista de personajes relevantes que estuvieron en la Posada
Nuestro poeta se relacionaba con la farándula. Era aficionado al teatro y solía asistir a la Casa de Comedias que existía en una calle próxima a la Mezquita -hoy Velázquez Bosco-
... los días en que se celebraba corridas de toros, cintas y cañas en la Plaza de la Corredera y en la adyacente de Las Cañas, allí se encontraba D. Luis
Hermosas damas, si la pasión ciega
No os arma de desdén, no os arma de ira,
¿Quién con piedad al andaluz no mira,
Y quien al andaluz su favor niega?
En el terrero, ¿quién humilde ruega,
Fiel adora, idólatra suspira?
¿Quién en la plaza los bohordos tira,
Mata los toros, y las cañas juega?
En los saraos, ¿quién lleva las más veces
Los dulcísimos ojos de la sala,
Sino galanes del Andalucía?
A ellos les dan siempre los jüeces,
En la sortija, el premio de la gala,
En el torneo, de la valentía.
"En 1588 recibió una amonestación del obispo don Francisco Pacheco, hombre austero y de criterio riguroso, quien al ocupar la sede de Osio sometió a severo interrogatorio a canónigos y racioneros. Fue acusado por llevar una vida disipada y hacer sus composiciones profanas, a lo que Góngora respondió que prefería mejor ser condenado por liviano que por hereje; sus desvíos se referían más a la propensión de frecuentar ambientes dudosos que a la frialdad religiosa".
Ya besando unas manos cristalinas,
Ya anudándome a un blanco y liso cuello,
Ya esparciendo por él aquel cabello
Que Amor sacó entre el oro de sus minas,
Ya quebrando en aquellas perlas finas
Palabras dulces mil sin merecello,
Ya cogiendo de cada labio bello
Purpúreas rosas sin temor de espinas...
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Si Amor entre las plumas de su nido
Prendió mi libertad, ¿qué hará ahora,
Que en tus ojos, dulcísima señora,
Armado vuela, ya que no vestido?
Entre las violetas fui herido
Del áspid que hoy entre los lilios mora;
Igual fuerza tenías siendo aurora,
Que ya como sol tienes bien nacido.
Saludaré tu luz con voz doliente,
Cual tierno ruiseñor en prisión dura
Despide quejas, pero dulcemente...
Como puede verse Góngora en su juventud fue alegre, libertino y puede que hasta pendenciero... no perdía el tiempo
Subiremos hasta el foro para llegar a la Plaza de La Compañía.
Hasta la expulsión de los jesuitas, la Iglesia -del Salvador y Santo Domingo de Silos- y el Colegio de Santa Catalina, estuvieron juntos. En el estudió Góngora hasta los catorce años
A pocos kilómetros de Córdoba, se encuentra La Huerta de Don Marcos. Según los investigadores, allí escribió Góngora la Fábula de Polifemo y Galatea y las Soledades