Revista Opinión

La corrupción, principal problema de México

Publicado el 04 febrero 2015 por Jamedina @medinaloera

No tenemos políticos, tenemos ladrones. De P. Corrupción en México

Con el claro propósito de desviar atenciones y evadir responsabilidades, algunos políticos aseguran que el principal problema de México no es la corrupción, sino la inseguridad o la impunidad.

Los cierto es que si no hubiera corrupción desde las más altas esferas del poder, la seguridad pública funcionaría mucho mejor y obviamente también habría márgenes más amplios de justicia.

Desde mi punto de vista, la corrupción es generadora de prácticamente todos los grandes males del país, empezando por la inseguridad, la injusticia, la ingobernabilidad, el deterioro ambiental, etcétera.

La corrupción es el cáncer que destruye todos los tejidos políticos, económicos y sociales de la República, afectando directamente la columna vertebral de nuestro sistema, que es el Estado de derecho.

“Para las leyes las muelles”, dicen algunos, y en efecto, lo que hoy sobran son recursos para evadir la justicia y romper el orden en todas las esferas de la actividad pública y privada.

Es la corrupción la que hace posible la creciente impunidad que ya rebasa con mucho los promedios internacionales, lo cual incide en forma directa en la competitividad económica, pues obviamente los capitalistas prefieren invertir su dinero en países más seguros.

Recordemos además que la ineficiencia gubernamental es una forma de corrupción, porque al servidor público se le paga para que cumpla la ley, y si no lo hace, por la razón que sea, su obligación es renunciar y dejar el campo libre a otros que sí quieran trabajar como es debido.

¿Qué hacer en estas circunstancias? Sabemos que la corrupción está anclada profundamente en la sociedad mexicana, con raíces que vienen desde los primeros tiempos de la Colonia, hace cerca de 500 años, pero si nos cruzamos de brazos y nada hacemos para erradicarla, el cáncer seguirá avanzando hasta acabar con todo.

Se requiere que las más altas autoridades del país y de los Estados y municipios empiecen por practicar la honestidad, para que los demás sectores no tengan otra alternativa que seguir el ejemplo. Sólo el lenguaje de los hechos podrá sacarnos de este atolladero.

javiermedinaloera.com

Artículo publicado por el diario La Crónica de Hoy-Jalisco en su edicición del viernes 30 de enero de 2015.

 


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